Las diferentes almas del Partido Demócrata han empezado a cerrar filas en torno a Kamala Harris después de que Joe Biden renunciara finalmente a la carrera presidencial este domingo. El metabolismo interno del partido se ha acelerado para apoyar a Harris y consolidarla como potencial nominada después de que Biden la señalara como sucesora. A pesar de que incluso los delegados demócratas de algunos estados, como Carolina del Norte, Carolina del Sur, New Hampshire y Florida ya han comprometido su voto con ella, la posibilidad de una convención abierta sigue flotando en el ambiente.
El lunes por la tarde está previsto que Harris se dirigirá a Wilmington, Delaware, para un acto de campaña. Wilmington es la sede de la campaña Biden-Harris, pero no se han dado más detalles. En su primer acto público después de la renuncia del presidente, Harris ha elogiado su trabajo al frente del país: “El legado de logros de Joe Biden en los últimos tres años es inigualable en la historia moderna”.
Es posible que en su estrategia para optar a la nominación Harris no dé por sentado el hecho de que ella será la candidata solo por haber recibido el apoyo de Biden. Así pues, intentará ganarse las bases demostrando que no solo es un plan B de urgencia a tan solo cuatro meses de las elecciones y que es capaz de plantarle cara a Donald Trump. Cuando Biden la eligió para ser su compañera de trabajo en el Despacho Oval, Harris, que le había disputado la candidatura a Biden en 2020, apenas había conseguido un apoyo del 3% en las primarias del partido.
La comparación con su predecesor ha hecho que la popularidad de Harris remonte. Durante buena parte del mandato había adoptado un perfil bajo y como vicepresidenta no había acabado de seducir a los sectores más progresistas (como sí se esperaba que hiciera). Ahora ese perfil bajo incluso puede ser beneficioso. Los anteriores meses, Harris había hecho de contrapeso a Biden en la postura sobre la guerra de Gaza, elevando mucho más el tono contra Israel. Parece que el equipo de campaña intentará preservar esa imagen y usarla para recuperar los apoyos propalestinos perdidos durante las protestas universitarias. Durante la visita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a Washington, donde el miércoles tiene que hablar en el Congreso, el equipo de Harris ya le ha programado eventos alternativos para evitar que salga en la foto con él, según publica Times of Israel.
Según un recuento elaborado por el periódico The Hill, Harris ya ha logrado el respaldo de al menos 1.015 delegados, quienes han confirmado que votarán por ella en la Convención Nacional Demócrata, que se celebrará en Chicago del 19 al 22 de agosto. Según las reglas del Comité Nacional Demócrata, un candidato debe recibir el apoyo de al menos 300 delegados para aparecer en la papeleta electoral de la convención y después necesita el voto de al menos 1.986 delegados para obtener la nominación. Del total de 4.000 delegados que se reunirán en Chicago, Biden ya obtuvo el apoyo de más de 3.800 durante las primarias.
Los demócratas han empezado a moverse rápido para mostrar unidad en torno a Harris, y figuras que podrían disputarle el puesto, como el gobernador de California, Gavin Newsom, y el de Pensilvania, Josh Shapiro ya han dicho que apoyarán a Harris. La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, que en un primer momento no había mostrado su apoyo explícito a Harris, finalmente ha publicado un comunicado donde junto a otros gobernadores del Midwest (J.B Pritzker, de Illinois; Tim Walz, de Minnesota; y Tony Evers, de Wisconsin) apoya la candidatura de Harris.
Dentro del ala más progresista del partido, Alexandria Ocasio-Cortez ya ha salido a defender Harris como “la próxima presidenta de Estados Unidos”. Es notable el movimiento de Ocasio después de ser una de las pocas voces que, durante los últimos momentos del agónico asedio a Biden, salió a defenderlo.
Así mismo, el caucus progresista ya ha hecho un comunicado ofreciendo su apoyo a Harris como candidata.
El congresista Jim Clyburn, líder del caucus negro dentro del partido, y conocido como king maker (hacedor de mayorías) también anunció su apoyo para Harris. “Me hago eco del buen criterio que demostró al elegir a la vicepresidenta Harris para liderar esta nación junto a él, y estoy orgulloso de seguir su ejemplo en apoyo de su candidatura para sucederlo como candidata al Partido Demócrata en las presidenciales del 2024”, dijo en un comunicado.
Que la mayoría de gobernadores de estados del Midwest hayan apoyado a Harris también es crucial. Michigan, Pensilvania y Wisconsin son estados clave de cara a las elecciones del 5 noviembre y serán un campo de batalla contra los republicanos lo que queda de campaña. Con la elección de J.D Vance como compañero de ticket electoral, Trump ya ha dejado claro que piensa lanzarse a por el voto de los trabajadores blancos (conocidos despectivamente como red necks).
En las pasadas elecciones, Biden consiguió imponerse a Trump en estos estados por un estrecho margen. Y las últimas encuestas mostraban cómo el republicano se imponía en Michigan y Pensilvania, mientras que el demócrata mantenía el feudo de Wisconsin.
El único temor de los demócratas no solo es perder la Casa Blanca, sino la mayoría en el Senado y no ser capaces de recuperar la Cámara de Representantes. Mientras Biden aún se aferraba a la candidatura, muchos congresistas de estados clave que podrían caer en manos republicanas estaban aterrorizados. Ahora que Biden ha dejado paso a Harris, el silencio continúa entre algunos de ellos. Sherrord Brown, de Ohio; y Jon Tester, de Montana, dos de los senadores más vulnerables, han tardado en mostrar su apoyo a Harris. Aunque finalmente lo han hecho.
Dave Min, senador estatal de California, y Rudy Salas, congresista estatal de California, quienes ven sus escaños peligrar en las Cámaras estatales, aún no han apoyado a Harris. Si se mira por grupos de congresistas que están en la Cámara de Representantes, se observa que hay muchas menos voces que, por el momento, aún no han apoyado a Harris. Por ejemplo, los demócratas que se postulan en distritos clave de Nueva York reaccionaron a la retirada de Biden, pero, por el momento, ninguno ha respaldado a Harris como nueva sucesora. Según un recuento del Washington Post, entre los 263 senadores y legisladores demócratas y 23 gobernadores, un total de 179 han apoyado a Harris, frente a 107 que no lo han hecho por el momento.
Así mismo, cabe recordar que la antigua speaker de la Cámara de los Representantes, Nancy Pelosi, abogó internamente por un proceso de primarias abierto. La demócrata creía que de este modo se realizaría un proceso más democrático que podría movilizar a los votantes que hasta ahora se habían mostrado más apáticos. Pelosi se ha erigido como la medidora en la sombra en medio de toda la crisis alrededor de la candidatura de Biden y ha sido su presión la que ha conseguido sacar el presidente del ticket electoral.
Si bien, Pelosi mostraba este lunes su apoyo a la candidatura de Kamala Harris. “Con inmenso orgullo y optimismo ilimitado por el futuro de nuestro país, apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris para la presidencia de los Estados Unidos”, apuntó a través de redes sociales.