La piedra preciosa conocida como cuarzo amatista es popular por su belleza y también por sus propiedades curativas y energéticas. Para mantener estas cualidades, es necesario limpiar y cargar regularmente esta gema con métodos precisos.
Este proceso es fundamental para evitar que se conviertan en conductores de energías no deseadas en el entorno doméstico. Conocé cómo realizar este procedimiento para sacarle el máximo provecho a esta magnífica piedra preciosa.
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De acuerdo al portal AD Magazine, existen diversos métodos para limpiar esta gema, cada uno con sus particularidades y efectividad.
Uno de los procedimientos más accesibles es el uso de agua. Se recomienda emplear agua de fuentes naturales, aunque la de canilla también sirve. Es fundamental evitar el agua caliente, ya que podría dañar la piedra.
Bastará con colocar el cuarzo bajo un chorro de agua fría durante aproximadamente un minuto, visualizando cómo se purifica. El agua de lluvia también es una opción válida, especialmente en zonas rurales.
Otra técnica popular es la inmersión en agua con sal. Si bien lo ideal es usar agua de mar, se puede preparar una solución casera disolviendo sal gruesa en agua.
El cuarzo debe sumergirse en esta mezcla por un mínimo de 12 horas y un máximo de 48. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las piedras son compatibles con este método.
Para quienes prefieren opciones más aromáticas, el humo de salvia, incienso o palo santo es una alternativa eficaz y segura para todo tipo de piedras.
Este proceso consiste en exponer el cuarzo al humo durante 30 a 60 segundos, idealmente cerca de una ventana abierta para facilitar la salida de las energías negativas.
Un método menos conocido es el uso de arroz. Consiste en enterrar el cuarzo en un recipiente con arroz durante 24 horas, especialmente recomendado para piedras como la turmalina negra o la propia amatista.
Por último, la visualización es una técnica que requiere concentración y un estado mental positivo. Se realiza sosteniendo el cuarzo con ambas manos, respirando profundamente y repitiendo un mantra purificador, todo esto en un ambiente tranquilo y con una vela encendida.
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El cuarzo amatista, al igual que otras piedras preciosas, necesita recargarse después de su limpieza para mantener sus propiedades energéticas.
Existen varios métodos para llevar a cabo este proceso:
Exposición a la luz: puede cargarse tanto con luz solar como lunar. Sin embargo, hay que tener cuidado con la exposición prolongada al sol, ya que puede afectar su color. Para cargarla, colocá la piedra en un recipiente con agua destapado y exponela a la luz.
Sonido: las vibraciones sonoras pueden equilibrar y recargar la energía del cuarzo. Podés usar cuencos tibetanos, diapasones o cualquier sonido armónico y potente para este fin.
Contacto con la tierra: enterrarlos puede mejorar sus vibraciones. Podés hacerlo en una maceta, en el jardín o en un recipiente de vidrio con tierra. Dejá la piedra enterrada durante una semana.
Combinación con otros cristales: el cuarzo blanco o la selenita, tienen la capacidad de cargar otros minerales. Podés colocar tu amatista junto a estas piedras para que absorba su energía.
Recordá que los cuarzos son excelentes protectores contra las malas energías en el hogar, pero su capacidad de absorción hace que vayan perdiendo sus propiedades con el tiempo.
Por eso, es importante recargarlos periódicamente para mantener sus beneficios y evitar que se conviertan en amuletos contraproducentes.