¿No sabe qué hacer para tener una flora intestinal saludable? Aquí le compartimos algunos consejos de la doctora Mariela Gamboa Pérez del Colegio de Profesionales en Nutrición de Costa Rica (CPNCR), quien fue entrevistada por La Nación.
De acuerdo con Gamboa, la microbiota intestinal, también conocida como flora intestinal, consiste en el conjunto de microorganismos o bacterias que residen naturalmente en el tracto digestivo.
La flora intestinal tiene varias funciones necesarias para la salud del cuerpo: fortalecer el sistema inmunológico, aumentar las defensas contra virus u otras bacterias dañinas, favorecer el desarrollo de compuestos como vitaminas o minerales, facilitar la absorción de nutrientes como calcio o hierro, favorecer la digestión, entre otras.
La nutricionista señala que los síntomas dependen de cada persona y de la causa por la que la flora intestinal se dañe. Normalmente, se asocia a la alimentación; por ejemplo, la falta de fibra podría provocar estreñimiento.
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A pesar de ser emocional, el estrés puede dañar la flora intestinal y generar vómitos, diarreas, inflamación, colitis o gastritis.
Asimismo, las infecciones externas o enfermedades como una gripe también la pueden alterar y generar malestar gastrointestinal. Lo mismo ocurre con algunos medicamentos, percibiéndose cuando las personas dicen que se tomaron algo y les “cayó pesado”.
Gamboa asegura que una alimentación balanceada que incluya diversos alimentos puede ayudar a recuperar la flora intestinal. La fibra, un componente vegetal, se encuentra en frutas, vegetales, frijoles, garbanzos o lentejas.
Además, hidratarse con agua es otra forma de regular la flora intestinal. El yogurt fermentado también hace que los microorganismos en el tracto digestivo funcionen correctamente, indica la experta.
La recuperación depende de cada caso individual, pero en algunas ocasiones podría tardar una semana, si se ingirió un alimento vencido y hubo vómito. Por otro lado, si la causa es estrés, ansiedad o falta de sueño, puede durar un poco más.
La especialista señala que las heces podrían cambiar su textura cuando la flora intestinal está dañada, como cuando no hay una consistencia sólida o, en extremos, una diarrea totalmente líquida o un estreñimiento que impida ir al baño con frecuencia.
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La mala absorción de nutrientes debido a una flora intestinal dañada podría provocar deficiencia. Incluso esa falta de sustancias esenciales podría debilitar el sistema inmune y hacer a la persona más propensa a enfermedades.
