La guerra en Sudán ha llevado al colapso de la protección de la población civil, que se enfrenta a violencia indiscriminada, asesinatos, tortura y violencia sexual, en un contexto de ataques continuos contra el personal sanitario y las instalaciones médicas, según un informe publicado este lunes por Médicos Sin Fronteras (MSF). Los sudaneses han sufrido niveles horrendos de violencia durante más de un año de conflicto entre el Ejército y una fuerza paramilitar rival , enfrentando repetidos ataques, abusos y explotación por parte de ambos lados, asegura MSF. Las heridas físicas y mentales de la violencia se han visto exacerbadas por el colapso del sistema de salud y la falta de una respuesta humanitaria internacional. Los equipos de la oenegé habían tratado a miles de heridos de guerra en zonas afectadas por bombardeos y ataques a viviendas e infraestructuras esenciales. En todo Sudán, el acceso de las personas a atención médica vital se ha visto drásticamente afectado debido a la escasez, la obstrucción generalizada y el saqueo de suministros médicos, la inseguridad y los ataques contra pacientes y personal médico, así como los daños a la infraestructura de atención de la salud. MSF acusó a las partes en conflicto -las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF)- de «flagrante desprecio» por la vida humana y el derecho internacional . No fue posible contactar inmediatamente a ninguna de las partes para que hiciera comentarios. La guerra estalló en abril de 2023, desencadenada por un plan para integrar el Ejército y las fuerzas paramilitares en una transición hacia elecciones libres tras el derrocamiento del autócrata Omar al Bashir, que gobernó durante mucho tiempo, hasta 2019. Los esfuerzos de mediación no han logrado poner fin a las hostilidades. No hay datos precisos sobre el número de muertos, pero se calcula que la cifra asciende a decenas de miles. En los campamentos y lugares de concentración donde los refugiados y desplazados han buscado seguridad, los pacientes han contado historias horribles de trato inhumano y violencia perpetrada por grupos armados contra civiles. Los relatos describen casos sistemáticos de desalojo forzoso, saqueo e incendios, afirma MSF. La violencia sexual y de género son generalizadas pero no se denuncian lo suficiente debido al estigma, el silencio por temor a represalias y la falta de servicios de protección, afirmó. La oenegé exhortó a las partes en conflicto a cesar los ataques a las zonas residenciales, permitir el paso seguro y proteger la infraestructura de más destrucciones y saqueos. También les instó a poner fin a lo que dijo eran formas selectivas de violencia y abuso, incluida la violencia étnica y sexual.
