Quincena clave para saber si Salvador Illa será el próximo presidente de la Generalitat de Cataluña. La negociación entre el PSC y ERC entra en su fase final, como consecuencia del ultimátum de los de Marta Rovira, que quieren tener un acuerdo antes de agosto. Hoy, la dirección de ERC ha vuelto a recordar a los socialistas que solo apoyarán a Illa si Cataluña consigue de manera «irreversible» el concierto económico y se avanza en la convocatoria de un referéndum de independencia. De lo contrario, tal y como señaló Rovira hace unos días, los representantes de ERC en la mesa de negociación con el PSC se levantarán y forzarán la repetición electoral el 13 de octubre. Josep Maria Jové, Marta Vilalta, Juli Fernàndez, Oriol López, negociadores de ERC con el PSC, y la secretaria general del partido firman este lunes un artículo en 'La Vanguardia' recordando los cuatro asuntos que ERC ha puesto sobre la mesa para que Illa obtenga el voto de los 20 diputados autonómicos del partido que, todavía, ostenta la Generalitat en funciones en manos de Pere Aragonès (ERC). Aunque en el texto no se aporta ninguna novedad en relación a cómo está yendo la negociación (que se mantiene en total secretismo) es relevante porque ratifica el ultimátum para que antes de agosto se llegue a un acuerdo, que luego debe ser apoyado a su vez por la militancia de ERC. «Somos claros: sin un paso adelante claro y decisivo hacia la soberanía fiscal no habrá ningún acuerdo de investidura posible. No podemos avalar un Govern que renuncie a resolver el déficit fiscal que hace décadas que lastra el progreso social y económico de Cataluña», escriben los representantes de ERC, que añaden: «Al mismo tiempo, no podemos obviar la persistencia de un conflicto político de soberanía entre Cataluña y el Estado español, todavía irresuelto. Cualquier posible acuerdo de investidura tiene que pivotar también sobre la construcción de una solución política basada en un consenso amplio de la sociedad catalana sobre el futuro de Cataluña que permita avanzar en la vía abierta de diálogo y negociación con el Estado, con verificadores internacionales, y dar forma a un acuerdo que sea refrendado por la ciudadanía». El concierto económico y el referéndum son dos de «las cuatro carpetas» que los de Rovira consideran líneas rojas para dar su apoyo a los socialistas. Las otras dos: el blindaje del catalán frente a la Justicia y más inversión pública. Pero ERC también reclama a los socialistas, especialmente al PSOE, que cumpla ya los acuerdos firmados meses atrás como paso previo. Así, si «cumple los acuerdos que quedan por cumplir, y demuestra estar comprometido con los pasos hacia adelante que Cataluña necesita, estaremos en disposición de alcanzar un buen acuerdo para el país». Y recuerdan a los socialistas que para ello quedan «dos semanas para el plazo que hemos fijado para conseguirlo». En caso de que no se cumplan las condiciones de los independentistas, como señaló Rovira, los negociadores de ERC se levantarán de la mesa y todo apunta que los catalanes irían a una repetición electoral el 13 de octubre. «Respetuosamente nos levantaremos de la mesa y les invitaremos a buscar las mayorías alternativas con las que quieran compartir y definir el nuevo ciclo político. Porque Cataluña no merece unas nuevas elecciones, pero tampoco un Govern que le dé la espalda», escriben hoy en el artículo. Un plazo, el de las dos semanas, que, en cualquier caso, estaría dentro de lo previsible por el PSC, que trabajan, tal y como publicó ABC, en el escenario posible de que Illa sea investido la primera semana de agosto. En paralelo, la presión a las bases de ERC no ha parado de crecer. El objetivo es que los 8.700 militantes del partido no ratifiquen el acuerdo que la dirección pueda cerrar con el PSC. Por un lado, Junts presiona a Rovira y los suyos para que estos acudan a una sesión de investidura con un proyecto conjunto y les sirva para presionar, a su vez, al PSOE para que desde Ferraz se fuerce a que los 42 diputados del PSC se abstenga. Esta es la única opción para que Carles Puigdemont recupere la Generalitat después de casi siete años fugado de la Justicia en Bélgica. Pero las probabilidades de que se lleve a cabo esta opción se van reduciendo y, en todo caso, sobre todo después de la última encuesta de la Generalitat (que no es tan mala como se preveía para ERC), ganaría peso la repetición electoral. De ahí que la dirección de ERC insista este lunes en que hay que dejar atrás una legislatura autonómica que ha puesto fin a «la represión» para iniciar la legislatura de «la conquista de la soberanía fiscal, de la solución al conflicto político entre Cataluña y el Estado, de la profundización en políticas sociales avanzadas y del relanzamiento de la lengua catalana». Y, por lo tanto, apuntan en el artículo, «este paso de gigante no puede ser un consorcio entre la Generalitat y el Estado [propuesta del PSC] en una operación de maquillaje para que todo continúe igual», ni «nuevas promesas de financiación que nunca acaban de concretarse». El objetivo es claro: el concierto económico. «El paso de gigante que hoy necesita Cataluña es un cambio de modelo de financiación estructural, permanente e irreversible. [...] Necesitamos una financiación singular que avance hacia la plena soberanía fiscal, basada en la relación bilateral con el Estado y la recaudación, gestión y liquidación de todos los impuestos. Que contemple abonar al Estado los servicios que realmente presta en Cataluña y atienda a la solidaridad necesaria con el resto de territorios», insisten Rovira y los representantes de ERC.
