La entrega de los nuevos uniformes ha comenzado en algunos centros penitenciarios y se seguirán repartiendo de manera progresiva, según confirman fuentes de Instituciones Penitenciarias a este periódico.
Fuentes de la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP) comentan a Confidencial Digital que el uniforme actual no es “cómodo para las horas que pasamos allí trabajando” ni tampoco es “práctico” ni “técnico”, además de agregar que “tiene muchas carencias en el tejido”. Los funcionarios comentan que la “mala calidad” de los uniformes se refleja en que estos se “rompen y se destiñen”. Otros simplemente comentan que lo utilizan y no “se quejan” ya que “es lo que toca”.
Las denuncias sobre el actual uniforme comenzaron hace un año, y desde entonces han estado esperando acciones por parte del Ministerio de Interior y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Lo que ha generado entre los trabajadores de prisiones un “descontento hacia cómo nos tratan -el Ministerio de Interior y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias- y cómo están llevando la política de las prisiones”, comentan fuentes a ECD.
Respecto a la comodidad del nuevo uniforme, comentan que “no sabemos si es más cómodo o no porque no ha llegado”. El diseño del mismo fue “impuesto”, según fuentes de la APFP, por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y fue negociado con los sindicatos. “Yo tengo suerte de haberlo visto por partes, pero no lo hemos visto todavía”, dice uno de los funcionarios de prisiones.
La elaboración del uniforme quedará en manos de los centros penitenciarios, en cada uno se hace una parte del uniforme, y de los presos que allí se encuentran. Como explican fuentes de APFP, dentro del Ministerio de Interior existe la entidad estatal de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo, en esta entidad “hay talleres para que los internos trabajen, que pueden ser de alforja, hacer mesas, las perchas del Corte Inglés o las bolsas de Mercadona… Tienen acuerdos con diferentes empresas y los internos trabajan allí”, explican los funcionarios.
La idea de la elaboración del uniforme es la misma, buscando también que “quede todo en casa”, continúan fuentes de APFP. El proceso de “compra y venta” de los uniformes funciona con formatos y tarjetas de peculio.
Los formatos son “una especie de tienda que venden productos de todo tipo”, dentro de los centros penitenciarios, y las tarjetas de peculio funcionan como “una especie de tarjeta de crédito que tenemos los funcionarios”.
Todo lo relacionado con el trabajo penitenciario está regulado en el Real Decreto 122/2015, de 27 de febrero, y en el artículo 25 de la Constitución Española que habla de reeducación y reinserción. El Real Decreto dicta que: “Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo debe seguir teniendo la consideración de medio propio instrumental y servicio técnico de la Administración General del Estado y los poderes adjudicadores dependientes de ella, estando obligado a realizar, los trabajos que éstos le encomienden relacionados con los fines que le son propios. Esto permitirá mantener e incrementar el nivel de ocupación de los internos trabajadores en los centros, y contribuir al objetivo final de inserción sociolaboral de los mismos”.
El actual uniforme consiste en chaqueta, camisa o polo y pantalón vaquero. La primera novedad es que es más parecido a la vestimenta de la Policía Nacional, es azul marino u oscuro, quitaron la chaqueta y la corbata del anterior uniforme y tiene un sello que pone “SGIP (Secretaría General de Instituciones Penitenciarias)” y el número identificador de cada trabajador.
Otra novedad consiste en que el uniforme actual está hecho con algodón, lo que lo hace más transpirable, mientras que el nuevo estará hecho de lycra y elastano.
Hubo algunas propuestas de los funcionarios que no fueron aceptadas al momento de tomar la decisión sobre el diseño del uniforme, a pesar de que tenían que ver con medidas de seguridad.
La primera propuesta consistía en colocar algo reflectante en la espalda, “por motivos de seguridad es bueno que tus compañeros te vean por la noche”.
También se pidió que fuera “un poco acolchado en zonas como las rodillas, codos y demás porque nos evitaría o reduciría el impacto en cualquier situación”. Ambas propuestas no fueron aceptadas por la Secretaría General, “sin ninguna razón aparente”, según comentan estos trabajadores a Confidencial Digital.