El grito de denuncia se hizo viral en las plazas más turísticas de Italia. Una voz femenina señalaba sin tapujos a los carteristas que hacen su agosto entre las multitudes. Entre despistados en busca de la foto perfecta, estos delincuentes dejan caer sus habilosas manos en bolsos, mochilas o bolsillos traseros, garantizándoles a sus víctimas el peor recuerdo posible de aquel viaje soñado. Estos rateros disfrazados de guiris son la campaña más feroz contra cualquier destino turístico. Quedarte sin cartera es un billete sin regreso a un lugar que muy probablemente se te quiten las ganas de volver. Esos ladrones de guante blanco y formas chulescas son una realidad en el Casco Histórico de Sevilla hace años. La impunidad con...
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