Aunque la temática motera jugaba un papel principalmente estético, Johnny Blaze
Con un
montón de juegos de Marvel desde hace más de 30 años, resulta curioso que los
últimos juegos de superhéroes no hayan sido tan exitosos. Es cierto que hay
excepciones como Spider-Man, cuyo último juego
ha tenido colaboraciones incluso con Vinicius Jr., pero en muchos casos el resultado ha seguido el
triste final de Marvel's Avengers. Ni siquiera el
magnífico Guardianes de la Galaxia (con cuyos guionistas
se volverá a trabajar en más juegos) se salvaron de los palos. Pero hablamos de héroes bastante
mainstream, ahora imagina que te toca ser
uno de los menos populares y te dan un juego.
Algo así le pasó a cierto personaje que
tuvo su aventura gracias a una película de Nicolas Cage. Puede que no parezca la mejor de las
Se estrenó a la sombra de una película de Nicolas Cage y no era tan malo como la cinta
La realidad es que si
además de no ser un personaje tan conocido (hablamos de 2007, antes de que naciera oficialmente el MCU) a tu personaje le toca un
tie-in, un
juego basado en una película y que eran muy populares por aquel entonces, solamente puedes terminar triunfando o estrellándote con tanta fuerza que rebotas. Pues ahí hay que decir que
Johnny Blaze no lo hizo tan mal. Y eso sin contar con que
podías jugar con Blade si cumplías con los requisitos.
Estrenado en
2007 en PS2 y Xbox, además de contar con adaptaciones para PSP y GameBoy Advance,
Ghost Rider hacía su interpretación de la película homónima del inefable Cage, que
pronto vuelve al cine con Longlegs, que promete ser más aterradora incluso que Cara a Cara. Ya, no era una peli de terror, pero anda que daban miedo Travolta y él sobreactuando.
El caso es que el
juego funcionaba como una suerte de God of War combinado con Devil May Cry e incluso las cadenas que Blaze usa como arma se dan un aire a las Espadas del Caos. Pero además de la acción y QTEs, también teníamos
fases en moto, aunque eran bastante anecdóticas y por supuesto el grueso de la jugabilidad se centraba en los combates.
La verdad es que, sin llegar al nivel de los mejores juegos de este tipo (donde
Wolverine: Origins y
Capitán América: Supersoldado brillan con bastante más luz que sus contemporáneos), hay que decir que el
resultado era bastante satisfactorio. Desde luego, mejor sabor de boca que la película dejaba.