El último estudio publicado por el Centro Investigaciones Sociológicas (CIS) del 12 de julio confirma la inquietud de la población por el crecimiento de la inmigración. Los más de cuatro mil encuestados manifestaron que esta cuestión les afecta personalmente y lo consideran uno de los principales problemas en nuestro país. En junio, en la pregunta sobre preocupaciones que afectan a la población, la inmigración se posicionaba en el decimoséptimo puesto. Un mes después, tras la ruptura de los gobiernos autonómicos del PP y Vox debido al reparto de 347 menores extranjeros no acompañados (menas) desde las Islas Canarias, esta preocupación aumentó exponencialmente hasta el sexto puesto, doblando en un solo mes los índices de preocupación . Las imágenes vividas durante los últimos meses en las Islas Canarias son, en parte, una de las razones del aumento de esta preocupación. Durante este año, el crecimiento de inmigrantes llegados a las Islas Canarias por vía marítima ha aumentado de 7.213 inmigrantes a 19.257 inmigrantes, un 167% más. Además, se debe destacar también el gran número de menores no acompañados que han llegado a las islas: Candelaria Delgado, consejera de Juventud, Infancia y Familias del Gobierno de Canarias, alertó que manejan la previsión de que las islas alcancen la cifra de 11.000 menores migrantes no acompañados , más que la población de la isla de El Hierro. Uno de los problemas principales de la llegada de migrantes de manera irregular es la identificación de menores entre ellos. Cuando una embarcación llega, por ejemplo, a las Islas Canarias, la Cruz Roja les atiende urgentemente de cuestiones tanto físicas como psicológicas. Tras ello, la Policía Nacional debe identificar a los migrantes antes de dar el siguiente paso: si se puede reconocer fácilmente que es un menor de edad (un niño) o tiene documentación extranjera en regla certificando que tiene menos de 18 años pasa a estar amparado por la la legislación de menores y podrá acceder entonces a un centro especialiado; si el joven dice ser menor pero no tiene documentación (o la Policía Nacional cree que es falsa) o es evidente que no es un niño (franja de edad de 15 a 18), también accederá a un centro de menores hasta que se le puedan hacer las pruebas que certifiquen su edad; por último, si es adulto se realizarán diferentes trámites para decidir la estancia o expulsión de la persona. La famosa prueba de la muñeca es la técnica utilizada para determinar la edad0 si existiesen dudas. En ella se introduce la muñeca en una máquina de resonancias magnéticas para poder observar las articulaciones de la misma. Si están cerradas es probable que la persona sea mayor de edad. El problema de esta prueba es la falta de fiabilidad que tiene, por ello la fiscalía también tiene en cuenta el nivel de desarrollo físico que hay en cada país: un jóven de 17 años de Marruecos es muy diferente (en términos físicos) que un jóven de Nigeria. Por si fuera poco, la falta de médicos forenses en España hace que la lista de espera para realizar esta prueba (que cuesta, mínimo, 85 euros ) sea muy larga. Esta prueba se debe realizar en la provincia donde llega el migrante, por lo tanto, durante este año, solo en las Islas Canarias, es probable que se tengan que hacer miles para verificar la edad de estas personas. La Fiscalía debe hacerse cargo de menores de edad y supuestos jóvenes de menos de 18 años hasta que se demuestre su edad real, provocando que los centros de acogida estén sobreocupados, hasta duplicando su capacidad como se vió el pasado diciembre en el Centro de Acogida de Hortaleza, en Madrid.
