Se llama Pablo García , es del sevillano barrio de Alcosa y ayer fue el día más feliz de su vida. El joven canterano de 17 años viene siendo, para los que siguen la cantera heliopolitana, uno de sus activos más esperados en las más altas cotas de la elite, y ayer respondió a la confianza de Pellegrini en el segundo tiempo con un doblete en cuestión de siete minutos, donde demostró potencia cuando tuvo que correr con el balón, e inteligencia a la hora de acabar jugadas. Porque es éste uno de los proyectos más serios que tiene el Betis de goleador en el futuro, y porque entre otras cosas su celebración no es ni más ni menos que besar lo que siente. Y él siente que quiere al Betis. Los goles se le caen a este joven punta que viene rompiendo todos los registros en ligas como la División de Honor juvenil , que ayer cumplió su sueño de defender el escudo de su vida y de su familia, y pese a que todo esté por escribir, lo que está claro es que ya nadie le quitará lo que sin duda fue un debut de ensueño con esos dos goles que se unen a los tantos y tantos sumados este curso: 45 tantos en 43 partidos , según fuentes del club heliopolitano, que hablan a las claras del olfato goleador del sevillano. Sin dejar de contextualizar que el duelo frente al Austria Salzburgo no fue más que un choque preparatorio para lo que viene, Pablo tomó la confianza necesaria para en menos de diez minutos encarrilar el primer triunfo de la pretemporada verdiblanca 2024-25. Con la salida de Borja Iglesias al Celta de Vigo , Pellegrini sigue a la espera de un delantero por el que sigue preguntando en el mercado Manu Fajardo, y en paralelo dos canteranos como el propio Pablo y Marcos Fernández, con otro doblete de muchos quilates en el primer acto, pusieron las cosas favorables a los heliopolitanos antes de que Perraud rematara la faena con un lanzamiento de falta directa. En el primer tanto, el portero austriaco se despista dando un balón peligroso a su compañero y es Fornals rápidamente quien roba, y cuando trata de superar al contrario y enfilar el disparo, quedando franca de gol la acción, el toque de balón cae directo a las botas de Pablo, que se posiciona hábilmente y define con la pierna zurda rasa al palo corto del meta en una diana no exenta de frialdad. Por si fuera poco, pocos minutos después, Pablo vio la carrera de Aitor por la banda izquierda y ni coto ni perezoso, cuando el electrónico marcaba el minuto 70, apareció en la segunda línea para recibir el pase del catalán y rematar muy alto a la escuadra con el pie diestro, imposible para Kalman. En caso de haber anotado de cabeza, hubiese conseguido lo que se conoce como un hat trick perfecto, al haber sellado un gol con cada una de sus piernas y otro con la testa, pero de momento habrá que esperar para ello.