La pérdida de datos médicos sigue siendo un desafío significativo que obstaculiza la prestación efectiva de atención al paciente. Para enfrentar esta problemática, la startup española BioSmartData ha desarrollado una innovadora solución que integra la evidencia del mundo real (RWE) con la inteligencia artificial (IA). Esta combinación optimiza la gestión y el uso de los datos, predice el éxito de los tratamientos y ajusta las recomendaciones para ofrecer una atención personalizada. BioSmartData fue fundada en 2020 por María Cayuela (CEO) y Juan Cifre (COO), quienes anteriormente trabajaban como equipo técnico-comercial en una empresa biotecnológica.
En los últimos años, una de las mayores tendencias en tratamientos traumatológicos ha sido el uso de técnicas de medicina regenerativa, siendo el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) una de las más conocidas. Sin embargo, la eficacia de estos tratamientos es variable debido a la falta de protocolos óptimos y consensos de trabajo. La idea de BioSmartData surgió durante la pandemia de la COVID-19, cuando se utilizaban tratamientos como el PRP y otros enfoques de medicina regenerativa.
«Observamos cómo muchos productos sanitarios en el mercado no demostraban la eficacia que se veía en preclínica o ensayos clínicos, debido a la variabilidad en los protocolos de trabajo entre especialistas y a las múltiples variables de los pacientes», explica María Cayuela. La necesidad de herramientas basadas en datos reales se hizo evidente, y BioSmartData desarrolló una aplicación para la recolección de datos y seguimiento clínico en las especialidades de Traumatología y Medicina del Deporte. En 2021, lanzó su primer producto mínimo viable: una aplicación que permite recoger datos basados en Real World Evidence, analizarlos y proporcionar recomendaciones de tratamiento. Ahora, la startup está negociando la creación de una cátedra de IA en salud para el desarrollo de algoritmos predictivos y prescriptivos. «Tenemos previsto empezar en noviembre. Llevamos trabajando con ellos desde 2022 y hemos conseguido validar nuestro primer algoritmo», dice Cifre.
Diana de Arias, a los 23 años, sobrevivió a un ictus que la obligó a reaprender habilidades básicas como andar, comer, hablar y escribir. Consciente de las necesidades no atendidas de muchas familias en su misma situación, Diana creó en 2019 Decedario Gym, un complemento a las terapias convencionales diseñado para potenciar las capacidades de las personas con discapacidad mediante el juego familiar. «El sistema sanitario público no cubre en muchos casos las necesidades de las familias que necesitan entrenamiento cognitivo, como me pasó a mí», relata Arias. Decedario Gym ofrece materiales con herramientas de imágenes y fichas de palabras para trabajar en casa las limitaciones cognitivas. «El entrenamiento cognitivo es igual de importante que el entrenamiento físico», afirma Diana, quien se ha propuesto introducir este hábito saludable en los hogares de todo el mundo. Decedario Gym ya cuenta con más de 5.000 profesionales usando sus materiales.
Loutkar Robotics nació cuando Sonia Ladro y Francisco Javier quisieron ayudar a un amigo que sufrió una grave lesión en el pie mientras realizaba deporte, dejándole una discapacidad permanente. Sonia, trabajadora social, y Francisco, especialista en mecánica, desarrollaron un dispositivo que consiguió corregir la discapacidad de su amigo. Inicialmente, diseñaron un sensor con un pequeño motor en el talón que avisaba cuándo levantar el pie para iniciar la pisada. La idea funcionó, permitiendo que su amigo no solo caminara, sino también corriera.
Los médicos se interesaron en este dispositivo, que podría ayudar a pacientes con ictus, parálisis cerebral y problemas de movilidad en personas mayores. Actualmente, Loutkar Robotics cuenta con un prototipo impreso en 3D y espera poder comercializar su dispositivo en 18 meses.