Manadas de mujeres con vestido y sombrero rosa, la imagen desde el anfiteatro del séptimo pino en el que estamos permite observar una estampa rosácea curiosa e imperial , Barbie mediante, como el pelo de Karol G, un rosa difuminado, como el sonido de este concierto que parece una pelota en honor al Santiago Bernabéu en el que acontece. Son cuatro llenos seguidos. La gesta de 'La Bichota' que se ha marcado una machada para marcar goles y distancias. «Es el día más chido de mi vida» , comenta al principio. Antes, la diva de Medellín había aparecido lentamente en el escenario para atacar, porque fue un ataque, 'TQG' , el single que sacó con Shakira, y 'Besties'. Y aquí entendimos exactamente de qué iba esto: de baile, sudor, público caliente, carisma, sensualidad y, la nota inesperada, un sonido demasiado comprimido en una bola (irrelevante para la fiesta que había aquí montada). Pero malo, malo. De momento. Con un vestido con transparencias de infarto color brillante, la artista sonríe calmada y se la nota contenta haciendo historia, lo quiere saborear. Hay casi una contención, es un show largo y el baile es el dueño, un perreo casi furioso, hay que racionar. Con 'El Barco', las pulseras del público brillan por primera vez en esta última tendencia en los macroconciertos que es de gran impacto hasta que lo ves en todos ellos. El sonido es deficiente , el teclado suena muy bajito, por ejemplo, y a Karol G apenas se la entiende. Pero el público baila, algunos periodistas bailan incluso, así que todo debe dar igual. Porque esto va de mover el esqueleto que decían los antiguos… probablemente esqueletos ya. Y llega 'Tusa' y se lía parda. En estas, el primer parón, con un vídeo de dibujos animados con animales, una sirenita y una mariposa rosa que le habla, y aunque no se entiende nada por el infrasonido, la historia seguro que es fascinante. La cosa acaba con unos disparos de fuego desde el escenario para meterle más calor al cuerpo del saleroso respetable. Antes hubo un petardazo también por si alguien se dormía, tarea altamente improbable salvo para el Messi de los narcolépticos. Se está gestando algo muy caliente, no obstante, y la devoción por 'La Bichota' es total . Ahora un tiburón ocupa el escenario, y, dentro del esqueleto del cetáceo, Karol G rapea tras un cambio de vestido a faldas harapientas, top y orejeras mullidas para el julio madrileño. Acabará sudando por el torso, pues la fiesta es grande, el calor intenso, los influencers bailan grabándose y todo está creciendo según lo planeado. Y justo 'La Bichota' acaba de interpretar su canción homónima. Y el cogollo en la pista se presume el infierno del perreo, qué pena no estar ahí. Con 'Carolina' llega su canción favorita de 'Mañana Será Bonito' , porque se puede presentar por su nombre real y porque es un buen momento para que alguien se lance a decirle algo a la persona que le gusta. Y en 'Gatubela', la artista directamente ordena que esto sea una discoteca. ¿Más? ¡Sí se puede! Retumban los bajos, la oscuridad, el escenario en rojo. Un infierno nada atemorizante, al contrario… y viene un interludio que es una oda al twerking. Uno de los momentos más emotivos llegó con 'Ocean', la canción que le dedicó en su día a su exprometido y eterno polémico rapero Anuel AA, que Karol G aprovechó para decirnos que se la dediquemos a quienes nos hacen la vida mejor. Luego vino 'Pero Tú', 'Mercurio' y un espacio de baladas. Y, sin darnos cuenta, el sonido había ido mejorando (o ya nos hemos acostumbrado, quién sabe). Luego llegó el turno de 'Mientras me curo el cora', la canción con los silbiditos sampleados de 'Don't Worry, Be Happy'. Coreadísima. Con ella al final en el medio de la flor que está en el centro del campo y coda buenista, 'Imagine all the Bernabéu…'. Es tema de arranque de su último disco, el que da nombre a esta gira de más de 60 shows desde el año pasado en Las Vegas y que corona con este Himalaya de conciertos en Madrid. La retahíla de hits final es de catarsis. 'Si antes te hubiera conocido' dispara la locura, sigue con 'Ojos Ferrari' y su mensaje en favor de una jornada en modo primario: «Hoy se bebe, hoy se fuma, hoy se jode. Y beber, y beber, y beber, y beber. Y joder, y joder, y coger, y coger…». Luego tocó 'Gucci Los Paños', una especie de ranchera vengativa. Y avisó al público, blandita: «Disculpadme, porque yo lloro con todo». Y la legión: «Bichooota, Bichoooota». Para regalar una canción que solo ha tocado tres veces, reservada para hoy: 'S91' . Potentísima, disco oscura, luces estroboscópisas, trance espiritual y… un rugido. Un rugido de un volcán de voces. De quedarte sordo. De más de un minuto. Los vecinos del Bernabéu gozándola… Y el bis: 'Provenza'. La lambada del siglo XXI. Y que se deforma en tecno cañero. ¡Pobres vecinos!