En un reciente acto de campaña en Petare, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, insultó al gobernante argentino, Javier Milei, con quien mantiene una tensa relación debido a diferencias ideológicas y políticas. Además, el líder chavista lo vinculó un supuesto plan para boicotear las elecciones en Venezuela, las cuales están programadas para el próximo domingo 28 de julio.
Maduro reiteró su compromiso de celebrar las elecciones presidenciales en Venezuela y aseguró que están preparados para enfrentar cualquier intento de sabotaje por parte de naciones de derecha. A una semana de los comicios, el mandatario venezolano sigue con su tradicional discurso de enemistad con países extranjeros.
“Quieren una hecatombe, una tragedia, para gritar ‘suspensión de las elecciones’. Y saldrían los gringos, saldría el mal parido de Milei, saldría el Noboa, la derecha. Suspender las elecciones”, expresó el líder chavista ante miles de seguidores.
Además, sostuvo que “estamos preparados, (con) nervios de acero, calma y cordura” y “llueva, truene o relampaguee, el 28 de julio habrá elecciones presidenciales en Venezuela”. “¡Nadie las va a sabotear!”, vociferó ante la multitud.
“El 28 de julio se decide guerra o paz, guarimba (protesta violenta) o tranquilidad, proyecto de patria o colonia, democracia o fascismo. ¿Están preparados? Yo estoy preparado, tengo el amor por Venezuela, tengo la experiencia, no le tengo miedo ni al demonio, Dios viene conmigo, Dios con nosotros, el pueblo con nosotros”, expresó Maduro.
Sin embargo, la realidad es que el mandatario venezolano y su aparato represivo, compuesto por la Policía, la Asamblea Nacional, la Fiscalía y el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria han recurrido a la violencia y sabotaje antes de las elecciones. Según la líder opositora María Corina Machado, esto ocurre porque Maduro sabe que ha perdido apoyo y fuerza, y que ya está derrotado.
Desde el comienzo de la campaña electoral el pasado 4 de julio, 77 simpatizantes y colaboradores de la oposición han sido detenidos arbitrariamente, y otros 102 han sido encarcelados por motivos políticos desde principios de año.
Por su parte, Machado ha presentado una nueva denuncia durante su gira por el país. La disidente grabó un video en Barquisimeto, estado de Lara, y mostró cómo las camionetas en las que viajaba con su comitiva habían sido vandalizadas.
“Esta madrugada, cometieron un atentado contra mí y mi equipo. Nuestros carros fueron vandalizados y cortaron la manguera de los frenos. Agentes del régimen nos siguieron desde Portuguesa y rodearon la urbanización donde pernoctamos”, contó la líder opositora.
Después mostró la lata de pintura de aceite utilizada para dañar los vehículos, el tapón del cárter que había sido removido de uno de ellos y las mangueras de los frenos del otro, cortados. “Esto claramente es un atentado a la vida de quienes utilizamos estos vehículos. La campaña de Maduro es violencia y es responsable de cualquier daño a nuestra integridad física, no nos detendrán”, concluyó.
Nicolás Maduro intensificó su retórica, puesto que advirtió sobre un posible "baño de sangre" si no es reelecto. Durante un evento en la Parroquia La Vega en Caracas, afirmó que, para evitar que Venezuela caiga en una guerra civil provocada por fascistas, se debe asegurar el mayor éxito y la victoria más significativa en la historia electoral del país.
“El destino de Venezuela en el siglo XXI depende de nuestra victoria el 28 de julio. Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”, manifestó Maduro durante un mitin en La Vega, en Caracas.
