Carolina de Mónaco está celebración porque su hija pequeña, Alexandra de Hannover , ha cumplido 25 años. Fruto de la relación con Ernesto de Hannover , la joven siempre ha querido mantenerse alejada del foco mediático, pero con el paso del tiempo ha ido cogiendo más y más protagonismo ante los medios. De hecho, hace un mes que decidió configurar su perfil de Instagram para que fuese público y poder, quizá, empezar una carrera como creadora de contenido e 'influencer'. Ser la más pequeña de todos los descendientes de la aristócrata le ha permitido ser su favorita y sobre todo la más protegida. No querer llamar la atención, la ha mantenido en la sombra en todos los actos a los que asiste, que no son muchos. Su papel institucional no se ha desarrollado mucho, por el momento, ya que las únicas veces que la podemos ver haciendo acto de presencia es en l Día Nacional, el Gran Premio de Fórmula 1 o el Baile de la Rosa . La nieta de Grace Kelly reveló, recientemente, algunas curiosidades en una entrevista para 'The Iris Twin'. Hannover ha heredado aficiones de su madre como la lectura, además se considera una apasionada del café de especialidad y de la música. Además, confesó no poder ir a ninguna parte sin su perro, Eloise Von Lexington , un teckel tamaño miniatura que cuenta con su propio perfil en redes sociales. Pero si por algo siente devoción es por el patinaje artístico. El deporte siempre ha sido un pilar fundamental en la vida de Alexandra, llegando incluso a dedicarse profesionalmente. Fue en 2015 cuando representó Mónaco en los Juegos Olímpicos Europeos de la Juventud porque su talento y disciplina iban más allá de su origen y sus títulos. Sin embargo, tuvo que dejar apartado este mundo para dedicarle más tiempo a sus estudios. La joven estudió Ciencias Políticas y Filosofía en Nueva York, y actualmente se ha mudado a París para poder estudiar Historia y Literatura. Alexandra de Hannover es una afortunada en el amor. Mantiene una relación de siete años con Ben-Sylvester Strautmann , un alemán millonario que se mudó a Mónaco con 10 años. Jugaba profesionalmente al baloncesto, llegando a conseguir premios y medallas, pero actualmente se dedica a ser DJ de los mejores clubes de la Costa Azul. Ninguno se muestra contrario a mostrar su relación y su amor en público, pero bien es cierto que intentan mantenerse en segundo plano para mantener reservado su lado privado. Hay un aspecto de su vida que es tan maravilloso como el resto. La relación con su padre deja mucho que desear y no es tan armoniosa como se podría esperar. Desde que sus padres se separaron, aunque oficialmente siguen estando casados, Alexandra ha vivido principalmente con Carolina de Mónaco. Esto ha llevado a un contacto muy limitado con su padre, Ernesto de Hannover . La relación entre Alexandra y su padre sufrió un deterioro significativo en 2018. En ese año, Alexandra alcanzó la mayoría de edad y tomó la decisión trascendental de convertirse al catolicismo. Esta decisión marcó un punto de inflexión en su relación con Ernesto. Es importante recordar que, cuando nació, fue bautizada en la Iglesia Evangélica Luterana, acorde con las creencias religiosas de ambos padres. Sin embargo, Alexandra fue educada siguiendo las tradiciones y enseñanzas religiosas de su madre, Carolina, lo que probablemente influyó en su decisión de convertirse al catolicismo.Esta conversión no fue simplemente un cambio de fe, sino que representó un símbolo del distanciamiento entre padre e hija. Desde entonces, el vínculo entre ellos ha sido prácticamente inexistente.