Hay vidas que bien merecen una película. Y la de Farah Diba , última emperatriz de Irán, no es para menos. La tercera esposa de Mohamed Reza Pahlevi vivió un cuento de hadas que comenzó a truncarse cuando en 1979 se vio obligada exiliarse de Irán , país que no ha vuelto a pisar desde su marcha. Pasó de ser una de las consortes más admiradas del mundo e irradiar felicidad a vivir su particular descenso a los infiernos por las tragedias que han golpeado su vida : la muerte del sha de Persia y el suicidio de dos de sus hijos. Ingredientes más que suficientes para que un grupo de productores de Hollywood se haya interesado en llevar su historia a la gran pantalla. «Me interesa que se cuente mi historia a través de un documental y un proyecto con guión, pero quiero que vayan más allá. Quiero mostrar qué es Irán y quiénes son los iraníes. Quiero que hablen de mi país, especialmente de su historia y cultura, que son muy importantes para mí», ha explicado Farah Diba al portal 'Deadline'. Se trata de dos proyectos con los que busca realzar la figura de su difunto esposo. Quiere que la gente «vea qué clase de ser humano era»: «Amaba a su país. A pesar de todo lo que le sucedió, él nunca dijo nada malo contra su pueblo o sus compatriotas». Una de las producciones ya está en marcha en Washington y se prevé que termine a finales de este año o principios del que viene. La otra, de la que aún no se conoce el título ni los intérpretes elegidos, es un guión basado en su vida, una versión dramatizada. En ambos se mostrará, según el citado medio, la «resiliencia de una mujer que, a pesar de un exilio que duró más de 45 años y de estar de luto por la pérdida de su marido y sus dos hijos, sigue profundamente dedicada a su deber como soberana y apegada a su patria». Al final, la historia entre Farah Diba y Mohamed Reza Pahlevi «va mucho más allá de la unión entre un hombre y una mujer, o entre un súbdito y su soberano; es la unión de una ciudadana con su patria. Hasta que la muerte los separó». Señalar que desde el deceso del sha de Persia a causa de un cáncer linfático, la última emperatriz de Irán «nunca se volvió a casar ni renunció a su identidad iraní». Su llegada a la Familia Real iraní llegó como un soplo de aire fresco. Más aún porque ninguna de las dos primeras esposas de Mohamed Reza Pahlevi había conseguido darle un heredero al trono . Con la Princesa Fawzia , hija del Rey Fuad I de Egipto tuvo una hija antes del cese de su matrimonio. Una situación que dista de la de Soraya Esfandiary, a la que llegó a repudiar por su incapacidad para darle un sucesor. Fue entonces cuando comenzó su leyenda, la de la Princesa de los ojos tristes , que con el paso de los años llegó a convertirse en una de las reinas del papel couché. Por su parte, Farah Diba dio a luz a un varón, el Príncipe Rez a , diez meses después de su fastuoso 'sí, quiero'. Se garantizó así la continuidad de la dinastía. Después, fruto de su matrimonio, llegaron las Princesas Farahnaz y Leila y el Príncipe Alí Reza . La dicha terminó para los Pahlevi puesto que se vieron obligados a abandonar su país como consecuencia de la revolución iraní. Un año después, tras peregrinar en varios países -Marruecos, Bahamas, México, Estados Unidos, Ecuador y Panamá-, murió el sha en Egipto, donde lograron encontrar refugio. El exilio marcó la vida de sus vástagos. Concretamente la de dos de ellos que, sobrepasados por la situación, decidieron quitarse la vida. «Leila era una mujer inteligente y comunicativa. Lamentablemente se topó en su camino con gente equivocada. Lo intenté todo para ayudarla. Incluso la acompañaba al médico. Tristemente decidió abandonar este mundo», explicó la última emperatriz de Irán a la revista 'Bunte'. «Hasta el día de hoy no consigo explicarme por qué se quitó la vida», confesó. Su fallecimiento fue motivado por una mezcla de cocaína con otras drogas. Una década después, murió Alí Reza al que recordó como un hombre «muy inteligente, excelente estudiante de la historia y la cultura iraní. Siempre me sorprendía con sus conocimientos sobre Oriente Medio. Era amigable y con mucho sentido del humor. Le encantaba viajar y descubrir otras culturas». El joven decidió quitarse la vida tras varios años de lucha contra la depresión. «Él y Leila fueron víctimas del exilio que nos tocó vivir. Para ellos era horrible cambiar de un país a otro, mientras en Irán sucedían cosas terribles y se hablaba tan mal de su padre en la televisión. Gracias a las cartas y correos electrónicos sé que puedo hacer mucho por mi país», explicó para el citado medio. «Si algo he aprendido en la vida es a no compadecerme de mí misma y a mirar hacia delante», llegó a reconocer la viuda del sha de Persia en 'Bunte'. Así, desde entonces, Farah Diba ha vivido a caballo entre Estados Unidos y París aunque anhela volver a pisar la tierra en el que formó una familia. También sueña con que Irán sea más democrático . Destacar que ella, junto a su marido, impulsó la Revolución Blanca: un conjunto de reformas que estuvieron vigentes desde 1963 hasta 1978 con las que buscaban una especie de modernización en el país asiático -se incluyó el sufragio femenino y la abolición del feudalismo-.