Las comparecencias de Begoña Gómez ante la Justicia parecen un homenaje a El silencio de Bergman. La protagonista es rubia -aunque no es Ingrid Thulin-, la atmósfera se tiñe de un mutismo espeso y el guion se encamina hacia un final impredecible. Solo falta la troupe de los enanos (españoles en el filme), detalle compensado por ese ejército de policías que envió Marlaska, agentes camuflados, furgonetas, drones, helicóptero y un puñadito de extras gritones para justificar el despliegue. Los periodistas, de nuevo, fueron desplazados a cincuenta metros de los Juzgados, a medio palmo del ...