Por el momento, se han confirmado 9 casos en 7 granjas y más de 2.400 animales han sido sacrificados . Una delegación del gobierno se ha trasladado este viernes a la zona afectada para valorar la situación y establecer un protocolo de actuación con vistas a frenar la expansión de la enfermedad. Ante la gravedad de la situación, se han tomado muestras a más 13 mil cabras y ovejas pertenecientes a rebaños ubicados a 10 kilómetros a la redonda del principal foco de infección y una centena de veterinarios se ha trasladado a la zona para supervisar las medidas contra la expansión de la enfermedad. Se espera que los primeros resultados se publiquen el próximo lunes y que el próximo viernes las autoridades tengan toda la información relativa a las causas del brote y sus consecuencias en la economía de la región. La peste de los pequeños rumiantes es una enfermedad vírica que afecta a cabras y ovejas, y cuyos síntomas son fiebre alta, diarrea, pérdida de líquidos por las mucosas. La Unión Europea tiene establecidos estrictos protocolos que han de ser puestos en marcha en caso de detección de casos positivos en los estados miembros. «No supone un peligro para la salud pública», afirmó este viernes durante una rueda de prensa el ministro de Desarrollo Agricultura y Alimentación, Kostas Tsordas. Las autoridades griegas han confirmado que el consumo de lácteos es seguro siempre y cuando la leche haya sido sometida a un tratamiento de pasteurización. En cuanto la carne, Sanidad confirma que puede ser consumida sin riesgo previo a tratamiento térmico. Según ha confirmado las autoridades helenas, los ganaderos recibirán ayudas por cada animal sacrificado . Cabe destacar que la región, que produce más del 60% del queso feta, ya se vio afectada por las inundaciones dejadas tras el paso de los temporales Daniel y Elías el pasado mes de septiembre en el que fallecieron más de 200 mil animales de granja, provocando pérdidas millonarias en el sector. Por otra parte, esta zona está siendo azotada desde hace más de 10 días por una ola de calor que está dejando temperaturas que superan los 40 grados centígrados. «Acabamos de levantar cabeza tras de la inundaciones y ahora nos llega esto», explica preocupada Ioana Kará, ganadera de la región de Tríkala, a ABC. «Aún no hemos recibido las indemnizaciones de los animales que perdimos durante el temporal Daniel y si tenemos que sacrificar animales no sé de dónde vamos a sacar la fuerza para empezar de nuevo» se lamenta. Kará, como otros ganaderos, es de la opinión de que los controles veterinarios tras el temporal que azotó la Grecia central el pasado mes de septiembre tendrían que haber sido más numerosos y sistemáticos. «Las primeras pruebas a animales se tomaron a finales de junio y hasta el 11 de julio no se confirmaron los primeros positivos. Además hasta hoy no ha habido información oficial en la web de la periferia y los ganaderos nos enterábamos de las medidas a través de la industria láctea», denuncia la joven ganadera que teme que la delicada situación del sector tras las pérdidas ocasionadas provoque que muchos ganaderos no declaren los casos positivos de sus rebaños y el problema se generalice en la región. Por su parte, las industrias lácteas han dejado de recoger la leche producida en las granjas de la región. «La cooperativa con la que colaboramos nos ha asegurado que mañana vendrá a recoger nuestra leche, pero tal y como está la situación, lo mismo no lo hacen con las consecuencias económicos que eso conllevará para nuestra pequeña granja», explica preocupada. «Estamos viviendo esta situación con angustia y poniendo todo de nuestra parte para que nuestros animales no se contagien: dejamos los vehículos fuera, nos cambiamos de zapatos y ropa cada vez que entramos en la granja y no dejamos que nuestros perros salgan del recinto. Pero no somos los únicos ganaderos de la zona y es necesario un gran esfuerzo de coordinación por parte de todos».