Una historia tradicional japonesa asegura que Jesús no pasó sus "años perdidos" en Judea, sino que habría emigrado a otro lugar del mundo, por lo que, tanto la instancia de fallecimiento a los 33 años en Jerusalén como el pasaje de la Biblia de la "Pasión y crucifixión", ingresarían al estadio de relatos.
La leyenda asiática puntualiza que ninguno de estos sucesos tuvo lugar en oriente medio. Además de dar cuenta de ciertos tiempos del Mesías del que tampoco se tendrían registro histórico ni bíblico.
La historia de Shingo es un mito de Japón que asegura que Jesús pasó gran parte de su vida en la hoy nación nipona, incluido el período de migración a Judea, según lo demarcado por la Biblia.
El punto central se sostiene en "los años perdidos" de Cristo, es decir, aquellos que no figuran en ningún registro.
Un mito japonés sitúa la muerte y gran parte de la vida de Jesús en un pueblo desconocido.
Fue allí, según el relato, cuando el Mesías se alejó para reflexionar "en busca de iluminación teológica". Luego de más de una década, regresaría a su país natal.
Para la leyenda japonesa, la desaparición física de Jesús tuvo lugar en un túmulo de tierra en Shingo (una villa en la región japonesa de Aomori), "verdadero sitio de descanso final".
Cristo habría muerto a los 108 años y lo habrían enterrado en Japón.
Hoy en día el pueblo se alza como un destino turístico que mezcla el folklore y la religión con la historia y la fantasía. En particular, la denominaba "Tumba de Cristo" que gana fama desde 1935.
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El mito señala que el "verdadero" Santo Sepulcro se ubicaría en la tierra en Shing. Esta tumba fue desenterrada en la década de 1930 por un pintor y líder de una secta para convertirse hasta hoy en una atracción turística y de peregrinaje.
Una vez por año se realizan rituales sagrados a fin de resaltar la importancia en la vida cultural y espiritual de la comunidad. Algunas personas se visten con túnicas y reeditan pasos (como hacer cruces con carbón a los recién nacidos) en memoria del Mesías.
