El 90 por ciento de los niños de 10 a 12 años ya tiene móvil propio. La edad media de acceso a este dispositivo con datos se sitúa en los 10,7 años en la la provincia de Córdoba y, como apunte, son los chicos los que tienen móvil propio antes que las chicas. Estas son algunas de las conclusiones del Estudio de Conductas Adictivas Sin Sustancias (TASS) realizado por las profesoras Rosario Ruiz y Valentina Lucena, del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba presentado este viernes por el presidente de la Diputación Provincial de Córdoba, Salvador Fuentes y el responsable del Consejo Social de la UCO, Francisco Muñoz Usano en el Palacio de la Merced. El estudio de investigación con relevancia científica es el resultado del análisis de la información recabada a través de 3.614 cuestionarios online en niños, adolescentes y adultos entre los 10 y los 22 años, «un rango de edad muy amplio pero que ha permitido hacer una fotografía interesante del uso de la tecnología de su evolución y de las tendencias que se está dando», ha señalado una de las autoras del mismo. Si se comparan los datos por edades, los jóvenes de 10 a 12 años muestran una edad media de acceso al primer móvil más baja que los demás grupos, por lo que se sitúa esa media en los 8,4 años. Es decir, a los 9 años es la edad a la que muchos padres entregan a su hijo un dispositivo . La tendencia que se observa en el resto de los grupos es que la media de edad sube con respecto aumenta la edad . Esto parece indicar, según esta investigación,« que la tendencia de las familias a darle un móvil con datos a sus hijos es cada vez antes«. En cuanto al tiempo de uso de las pantallas, ya sea móvil, ordenador o tablet, las cifras muestran que el 25,3 por ciento de los jóvenes y adolescentes cordobeses pasan en su tiempo libre de lunes a jueves entre dos y tres horas conectados a las pantallas; el 19,6 por ciento entre tres y cuatro horas y el 23 por ciento pasa más de cuatro horas conectados. Es decir, que más del 60 por ciento de la muestra hace un uso intensivo de las pantallas de lunes a jueves. Entre los datos que arroja el estudio están que el 30 por ciento de los jóvenes come mientras ve una pantalla o que el 70 por ciento, sobre todo, entre los adolecentes y jóvenes adultos pierde horas de sueño por estar enganchado a su dispositivo. De hecho, son los chicos de entre 13 y 18 años son los que usan las pantallas más de cinco horas al día en comparación con el resto de los grupos de edad. Otra de las actividades favoritas que realizan niños, jóvenes y adolescentes con las pantallas a tenor de este estudio científico de la Universidad de Córdoba es jugar a videojuegos. Un tercio de los participantes en esta investigación reconoce jugar a videojuegos de forma frecuente, y el 4,9 por ciento presenta uso problemático mientras el 0,1 por ciento roza una posible adicción . En este caso también son los chicos los que presentan mayor uso calificado de problemático frente a las chicas y la posible adicción se ha observado en tres encuestados (dos chicos y una chica) del total de la muestra consultada de más de 3.600. La edad de mayor uso problemático de los videojuegos se da entre los 10 y 12 años, seguido de los 13 a 15 años, disminuyendo con la edad ese problema. Dentro de las posibles opciones de uso de los videojuegos este estudio refleja «el uso emocional para evadirse de la realidad, seguido, en segundo lugar por el hecho de no poder dejar de pensar en videojuegos cuando no se está jugando«. Con estos datos, las investigadores llegan a la conclusión de que la prevención debe realizarse antes de los 11 o 12 años que es la edad a la que empiezan a jugar de forma más intensiva. A los 13 años ya está establecido el uso problemático y las consecuencias negativas, apostilla en sus conclusiones el estudio impulsado por el Consejo Social. En cuanto a las secuelas psicológicas que pueda dejar este uso problemático de los videojuegos, estas investigadores alertan de que «la evasión de la realidad aprendida desde pequeños conlleva consecuencias emocionales graves en la adultez«. A la pregunta de si «cuando estás estudiando o haciendo tareas, ¿miras el móvil, ordenador, o tablet para algo diferente a la tarea escolar que estás realizando?», en general, casi el 80 por ciento de los encuestados responde afirmativamente. Por lo tanto, el estudio concluye que «el nivel de disrupción y de distracción de las pantallas durante la tarea escolar es alto«. En cuanto al uso de las Redes Social los datos reflejan que en general, el 96,3 por ciento de los participantes tienes las suyas, siendo las más utilizadas Whatsapp, Tik-Tok e Instagram , seguida muy de cerca por Youtube. Unas redes a las que se presupone que no pueden tener acceso los menores de 14 años pero aquí se comprueba que no es así. En redes sociales también hay preferencias por género, para las chicas destaca Whassap, Tik-Tok e Instagram, y para los chicos Whassap, Youtube, seguida de Tik-tok e Instagram casi empatados. En general, las chicas destacan en el uso de las Redes Sociales por encima de los chicos. Uno de los hitos más importante de este proyecto de investigación era conocer las características y la prevalencia del juego de apuestas entre los más jóvenes de la ciudad y provincia de Córdoba. En este sentido, la profesora Valentina Lucena ha expuesto en la Diputación que en el estudio que «más de la mitad de los participantes ha jugado con dinero alguna vez en el último año«. Otra de las conclusiones más sorprendentes de esta investigación es que las chicas prefieren apuestas como Loterías o 'El Rasca' de la ONCE mientras los chicos se inclinan más por apuestas deportivas. Y pese a lo que se pueda pensar, la forma más común de apostar es presencialmente, y son los chicos son quienes más participan en esta actividad. Este dato lleva a pensar a las autoras del estudio «que no solo acceden a las salas de apuestas siendo menores , sino hay formas de apuestas a las que pueden acceder, aunque sean menores, como pueden ser las quinielas o los rascas. Este tipo de apuestas están más accesibles en cualquier estanco, por ejemplo, o el juego de las cartas con dinero que también es cada vez más frecuente entre los jóvenes«. Un 19,4 por ciento de los adolescentes reconocen haber apostado alguna vez en su vida, de los cuales un 3,3 por ciento lo ha hecho de forma on-line y presencial. La mayoría suele apostar menos de seis euros, pero algunos han llegado a apostar 300 euros y a jugar seis o más veces a la semana . En cuanto a la edad media de inicio en el juego de apuestas para ambos sexos está en torno a los 15 años. Se observa a que cada vez comienzan antes a apostar y, que aumenta ligeramente la edad de inicio en las apuestas presenciales. ¿A qué juegan los jóvenes? Los juegos de azar de mayor uso entre los jóvenes y adolescentes son el bingo y las apuestas deportivas , seguido de Slots, máquinas de azar o tragaperras; Loterías, primitivas, bonoloto, once, cupones Loterías instantáneas (rascas once) y lo que menos, las apuestas en las carreras de caballos. Los chicos juegan más a las quinielas de fútbol (76,3%) frente a las chicas (18,8%). Por otro lado, ellas prefieren juegos como las loterías, primitivas etc. (59,10%) frente a los chicos (33,6%). Más de la mitad de los participantes conoce a alguien que ha apostado dinero en apuestas online o presencial. Y el 5,9 % de los jóvenes tiene un padre, madre o progenitor que juega o apuestan dinero. Casi la totalidad de los adolescentes y jóvenes que han apostado o jugado con dinero lo han hecho de forma presencial, frente a menos de un tercio de los jóvenes y adolescentes que lo han hecho de forma online. Según los resultados obtenidos en el estudio, se observa como los jóvenes que apuestan cantidades significativas de dinero suelen participar en apuestas con mayor frecuencia en el tiempo. Esto es indicativo de presentar una posible adicción, apuntan estas dos investigadoras profesoras de la Universidad de Córdoba . «Esto nos indica que jugar frecuentemente hace que la intensidad de este aumente. Retrasar el acceso a las apuestas y establecer estrategias de prevención basadas en la evidencia son aspectos a tener en cuenta para tratar de disminuir estos datos«, apostillan. Los resultados obtenidos constatan la preocupación de las familias, educadores e instituciones, recoge este mismo estudio. «Esto justifica la necesidad de poner en marcha nuevas inversiones económicas , que permitan poner en marcha medidas de prevención e intervención. No solo es importante preocuparnos, sino ocuparnos y llevar a cabo acciones que mejoren esta situación«, reza en este informe presentado este viernes en el Salón de Plenos de la Diputación de Córdoba. El presidente de la institución provincial, Salvador Fuentes, por su parte, ha recogido el guante ante la demanda que plantea el Consejo Social de la UCO y ha adelantado que la Diputación Provincial seguirá colaborando con este proyecto actualizando estos parámetros de forma anual y encargando una guía práctica del uso de pantallas para centros educativos que llegue a todos los rincones de la provincia.
