El Racing visitó el monasterio de Santo Toribio, punto final del Camino Lebaniego que comienza en San Vicente de la Barquera. La delegación verdiblanca, encabezada por el presidente, Manolo Higuera, y el presidente de la Fundación y consejero Sebastián Ceria, estuvo formada por miembros del Consejo de Administración, como el vicepresidente Juanjo Uriel, ejecutivos como el director deportivo, Mikel Martija, y la totalidad de la plantilla y el cuerpo técnico liderado por José Alberto. Así, el autobús oficial del equipo fue recibido a la llegada al santuario por la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández, la gerente de la Fundación Camino Lebaniego, Pilar Gómez, y el prior del monasterio.
Los futbolistas y técnicos, especialmente los que nunca habían atravesado el desfiladero de La Hermida ni visitado Potes, quedaron maravillados por el entorno natural y el majestuoso paisaje de los Picos de Europa. Junto a la Puerta del Perdón del monasterio, Sáenz de Buruaga dijo que “el Gobierno de Cantabria va a estar siempre al lado del Racing, que es nuestro mejor escaparate, por eso es nuestro aliado para mostrar, por toda España, el Camino Lebaniego”. La presidenta, además, destacó el altavoz que supone el club para amplificar iniciativas sociales y medioambientales por la llegada de los mensajes de los futbolistas, especialmente, al público joven. Higuera, tras agradecer el apoyo del ejecutivo regional, aseguró que para el club “es un orgullo ayudar a promocionar Cantabria, nuestra tierra”.
Posteriormente, la embajada verdiblanca recibió la bendición del prior de Santo Toribio y recibió una breve explicación sobre el Lignum Crucis que se custodia en el santuario desde hace siglos y que se trata de la reliquia de mayor tamaño que se conserva en todo el mundo de la cruz en la que Jesucristo fue crucificado.
Tras la fotografía de familia delante de la Puerta del Perdón, que se abre cada Año Jubilar Lebaniego, los jugadores firmaron autógrafos y entregaron obsequios a un centenar de niños y niñas presentes en las inmediaciones del monasterio. Muchos de ellos pertenecen al campus de verano del Valle Lebaniego, con sede en Tama, que entregaron a los racinguistas un banderín conmemorativo de su club.
La parte final del acto fue la degustación, en El Cenador del Capitán de Potes, del ‘menú del peregrino’ formado por cocido lebaniego y canónigo de postre. Se trata de la dieta perfecta para recuperar energía antes de completar el Camino Lebaniego, que comienza en San Vicente de la Barquera y termina en el monasterio de Santo Toribio y cuenta con 71 kilómetros de recorrido.
