El conflicto político se resolvió apenas 48 horas antes del festival, pero el resto de la batalla continúa ahora, en las semanas posteriores de mediciones y análisis de la segunda edición del Mad Cool en Villaverde, en el macrorrecinto al sur de la capital bautizado como Iberdrola Music. La promotora modificó aspectos, cambió de ubicación los escenarios, reforzó el transporte público y, aun así, no evitará la polémica este año. Ayer, el Ayuntamiento de Getafe difundió sus mediciones acústicas: en 14 de las 16 viviendas monitorizadas, en el barrio de Getafe Norte, se detectaron excesos de ruido «muy graves». El municipio pasa ahora la pelota al Ayuntamiento de Madrid, quien concede la licencia al espacio y al festival, y a quien le compete sancionar. Los técnicos madrileños también utilizaron sus propios sonómetros, pero todavía no han extraído los resultados. Al margen de esta medición de oficio, la Policía Municipal de Madrid no recibió llamadas ni quejas por el festival. Los técnicos «han de enviar las actas, después se analizan y, posteriormente, en su caso, se inicia el o los procesos sancionadores», indican desde el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad. En Getafe, por su parte, desgranaron ayer sus conclusiones en un comunicado: registros de niveles de ruido «muy graves» en 14 mediciones, según la ordenanza municipal de Medio Ambiente. Hubo otra medición de carácter «grave» y una segunda en el «límite». En total, 16 puntos evaluados durante las tres jornadas de Mad Cool. El Ayuntamiento de Getafe recordó que no puede sancionar a los responsables del festival, lo que supone «un alto grado de indefensión institucional y vecinal», esgrimen desde el Gobierno de la socialista Sara Hernández. Los técnicos preparan ahora un informe con todos los datos que remitirán al delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad en Madrid, Borja Carabante, el número tres de José Luis Martínez-Almeida. El municipio getafense también solicitará información sobre «las mediciones realizadas por Madrid y sus resultados», ya que consideran que el espacio Iberdrola Music «sigue sin ser adecuado para la celebración de eventos masivos, toda vez que a pesar de las mejoras presentadas por los promotores, las molestias para los vecinos de Getafe continúan». En la edición de 2023, Madrid multó al Mad Cool con 22.001 euros por rebasar los niveles sonoros fijados en la autorización municipal. En los días posteriores, los problemas y colapsos en la zona provocaron la cancelación de otros dos eventos programados. Hoy la implantación definitiva del macrorrecinto de Villaverde como sede de festivales continúa en el aire.
