Hace aproximadamente dos años, el Gobierno de Pedro Sánchez consiguió sacar adelante la primera Ley de Memoria Democrática de España, por la que se reconocía la memoria de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista y se fomentaba el conocimiento de las etapas democráticas de la historia de España y de sus figuras y nexos que la hicieron posible.
Entre sus objetivos más importantes se encontraban el derecho a la verdad de las víctimas, a la investigación de las violaciones de los Derechos Humanos y el derecho al reconocimiento y la reparación integral por parte del Estado a todas las víctimas de este periodo sombrío de la historia de España. Sin embargo, uno de los objetivos más ambiciosos, en lo que a la simbología se refiere, era, y sigue siendo, la retirada de los símbolos y elementos contrarios a la Memoria Democrática, es decir, la retirada de todos los elementos preconstitucionales ubicados en la vía pública que hacían apología del franquismo.
En este sentido, dentro de esta retirada de elementos y símbolos contrarios a la Memoria Democrática, se encontraban también los nombres de los pueblos fundados por Franco durante su autocracia que incluyen referencias a este periodo de tiempo. Sin embargo, y pese a que la ley vigente obliga a los consistorios de estos municipios a cambiar oficialmente su nombre, todavía existen algunos que se resisten a hacerlo.
Estos siete casos están bastante dispersos por toda la Península Ibérica y por sus diferentes comunidades autónomas. Uno de estos pueblos se encuentra en Andalucía, concretamente en la provincia de Málaga. De esta manera, Villafranco de Guadalhorce, ubicado en Alhaurín el Grande, es un pequeño municipio que ha asegurado que no van a realizar el cambio de nombre ya que, aseguran, nunca han sido un pueblo del caudillo y Franco no tiene "ninguna vinculación" con el pueblo.
Por su parte, en Extremadura está el pueblo Villafranco del Guadiana, ubicado en Badajoz. Por su parte, Castilla y León cuenta con tres municipios: Alcocero de Mola (Burgos), San Leonardo de Yagüe (Soria) y Quintanilla de Onésimo (Valladolid). Este último hace referencia a Onésimo Redondo, fundador de la JONS, mientras que el municipio burgalés conmemora al general Emilio Mola, el responsable del levantamiento que dio lugar a la Guerra Civil de 1936.
En Castilla-La Mancha se encuentran dos municipios: Llanos del Caudillo (Ciudad Real) y Alberche del Caudillo (Toledo). El primero defendió su negativa a cambiar de nombre, y en 2018 un juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Ciudad Real le dio la razón al consistorio.
Por su parte, Alberche del Caudillo constituye el único caso que ya ha iniciado trámites para cambiar su denominación, aunque, tal y como recogió 'elDiario.es', los trámites se paralizaron poco antes de las elecciones locales porque "no existía un catálogo completo y oficial de los vestigios franquistas".
