El Santo Ángel , con todo lo que conlleva, sea la agrupación, la archicofradía, el convento o una orden con uno de los patrimonios reliogiosos más importantes de Sevilla, hace cada cosa logrando la excelencia. Lo volvió a demostrar en la procesión del misterio de Santa Teresa de Jesús y la Virgen del Carmen, exponiendo un patrimonio religioso sublime, con una gran personalidad, fiel a su estilo, una salida medida, ofreciendo lo más importante, el mostrar la fe a través de la imágenes. Altas temperaturas, el calor estuvo presente en todo momento, pero no impidió el lucimiento de una procesión que tuvo una modificación en el recorrido, optado por tirar lo menos posible por calles comerciales y más por zona monumental o calles con auténtica esencia de la ciudad como parte del barrio del Arenal o la feligresía de la Magdalena. Amplia participación de los carmelitas descalzos. Dio alegría volver a ver en Sevilla a Francisco Javier Jáen Toscano , actualmente prior en el convento de San Cayetano de Córdoba, persona muy arragaida a esta ciudad. Se entrenaron los hermanos Gallego como capataces de ambos pasos, una procesión con especial mención a su paso por Jovellanos, la plaza Nueva, Padre Marchena, Molviedro o el entorno de la iglesia conventual. La guinda la puso la Oliva de Salteras , una formación con un nivel de excelencia a pesar de estar en pleno mes de julio, de tener temperaturas complicadas para hacer música, de ser el segundo día consecutivo haciendo música, ya que el día anterior lo hizo en el Carmen de Cádiz, otra de las procesiones más destacadas de esta advocación en el panorama nacional. Repertorio exquisito de una banda que no cesó de tocar durante las cuatro horas de la procesión.
