El domingo 14 de julio finalizó la Eurocopa de fútbol con un vencedor, que fue España . En paralelo, la prestigiosa revista de viajes National Geographic ha hecho una especie de 'Eurocopa monumental' y el triunfo también se ha quedado dentro de nuestras fronteras, porque ha correspondido a la Alhambra de Granada . El procedimiento ha sido similar al del balompié, de hecho. Hubo primero una encuesta en la que los viajeros debían escoger cuatro monumentos de los ocho que se ofrecían. Eran, en ese sentido, los cuartos de final. Y los partidos eran: Alhambra de Granada (España) contra Castillo de Neuschwanstein (Alemania); Palacio de Versalles (Francia) frente al Monasterio de los Jerónimos (Portugal); Santa Sofía (Turquía) ante los Molinos de Kinderdjik (Países Bajos); y por último, el Castillo de Chillon (Suiza) se mediría con Stonehenge (Reino Unido). Alhambra, Santa Sofía, Versalles y Stonehenge pasaron a las semifinales y, después de una segunda consulta, los votantes determinaron que los dos primeros monumentos citados debían ser los finalistas. Una suerte de España-Turquía , por así decirlo. En el tercer y último enfrentamiento, por lo tanto, los lectores debían optar entre una y otra. Y el resultado es, continuando con el símil futbolístico, una goleada abrumadora , puesto que el 98% de los votos fueron para la joya nazarí. Un resultado incontestable que hace inútil cualquier revisión o consulta al VAR. Para avalar el resultado, National Geographic hace una breve pero acertada semblanza de la Alhambra: «Se trata del mejor conjunto de arquitectura militar y palatina heredada de la época nazarí. Los príncipes de entonces escogieron el lugar en el siglo XII y comenzaron la construcción de la fortificada Alcazaba, la parte más antigua y también la más austera, donde sobresalen las torres del Homenaje, de la Quebrada y de la Vela«. «La simplicidad de sus líneas -continúa- contrasta con los contiguos palacios nazaríes, joyas labradas en piedra en el siglo XIV, creadas alrededor de patios como los de los Arrayanes y el de los Leones. De esa época son también los jardines del Generalife, creados para el deleite de los sultanes y de sus harenes, en los que las plantas y los juegos de agua son los protagonistas«. Más de dos millones de personas la ven al año y pocas son las que no salen boquiabiertas del recinto. No hace falta extenderse mucho más. Los granadinos a veces tienden a hablar en exceso de ella, pero es que, quien tiene un rincón tan mágico delante de sus narices -quienes vivan en el Albaicín, por ejemplo- no tienen más remedio que presumir. Es de una belleza a la que ni siquiera quienes llevan décadas viviendo en la ciudad se terminan de acostumbrar.
