Metales pesados como zinc, cromo, cobre, plomo y vanadio fueron hallados en hojas de árboles y plantas cercanas a las principales vías de la Gran Área Metropolitana (GAM).
Tras el hallazgo preliminar en cercanías de carreteras de Heredia, Alajuela, San José y Cartago, el Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec) hace un llamado para que la población no ingiera estas hojas ni los frutos de los árboles.
“Los metales pesados han sido ampliamente estudiados en otros países, porque causan muchos problemas a nivel de salud. Por ejemplo, dificultades cardiovasculares, de crecimiento en niños, cáncer, nacimientos prematuros, entre otros”, explicó Teresa Salazar, doctora en Ciencias Naturales para el Desarrollo y una de las investigadoras del proyecto.
Los estudios en los que trabajaron Salazar y su colega, el científico Guillermo Calvo, se iniciaron en el 2017 y arrojaron datos preliminares luego de dos periodos de muestreos en 13 puntos de algunas vías de Heredia, Alajuela, San José y Cartago.
“No deseamos generar una alerta roja, pero sí una alerta amarilla a la población”, dijo Calvo, quien reiteró que las plantas cercanas a las principales carreteras de la GAM no deberían ser consumidas.
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Durante el proceso de investigación, informó el Tec, se probaron y midieron las hojas de diferentes plantas, entre ellas: laurel de la India, citrus (cítrico), casuarina y cupressus (ciprés). Para cada una de las plantas se analizaron alrededor de 80 muestras.
Según la investigadora Salazar, vecinos les comunicaron que ellos tenían algunos tipos de árboles y que era común que personas llegaran a pedirles hojas para prepararse tés o incluso los frutos.
“Hay gente que cree que puede tener un árbol comestible cerca de carreteras muy transitadas. como autopistas. y eso es lo que está mal, porque ese arbolito le va a servir como barrera, pero no para ser ingerido por nadie: ni en té ni menos para consumo de frutas”, advirtió Calvo.
Durante el estudio, también se analizó el polvo de las carreteras, mismo que resultó con “aún mayor contaminación por metales pesados”.
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El científico Guillermo Calvo explicó que uno de los problemas que tienen este tipo de metales pesados es que no logran degradarse naturalmente, ni siquiera bajo la lluvia u otras condiciones. Usualmente, se acumulan en el ambiente.
“Pueden lavarse un poco, pero terminan siendo absorbidos por las plantas y los animales. Nuestro organismo puede procesar y eliminar algunos metales pesados, pero no todos. Si se encuentran en altas concentraciones, es posible que no puedan ser eliminados y se acumulen permanentemente. Este es el peligro de los metales pesados”, advirtió Calvo.
El investigador ejemplificó que si una vaca consume pasto cerca de la carretera, estos metales pueden acumularse en su cuerpo de manera permanente.
“Así, los metales pesados se introducen en las cadenas tróficas y eventualmente llegan a las personas”, resaltó.