Dos semanas después de que el Vaticano actualizara sus ' Normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales', Francesco Oliva, obispo de Locri-Gerace, en Calabria, solicitó al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que se pronunciara sobre unas supuestas apariciones de 1968, que habían llevado a la construcción de un santuario en 2008. Según la diócesis, cada año acuden un millón de personas a este lugar. Se trata de la Virgen de la Peña, o 'Madonna del Scoglio', en Calabria, en el profundo sur de Italia. El Vaticano ha revisado rápido todo el expediente y ha concluido que no hay pegas para el santuario . Sin embargo, avisa de que «no debe entenderse como una aprobación del carácter sobrenatural del fenómeno», y «no implica ningún juicio, ni positivo ni negativo» sobre el supuesto vidente. En cualquier caso, los católicos «están autorizados a dar su asentimiento, de manera prudente» a su testimonio . La decisión fue aprobada por el Papa Francisco el pasado 5 de julio. El vidente, que sigue vivo y tiene 74 años, se llama Cosimo Fragomeni. Era un pastor de cabras y ovejas de 18 años que había tenido que abandonar la escuela, cuando aseguró que en una peña en la localidad de Santa Domenica di Placanica había recibido varias apariciones de la Virgen a lo largo de cuatro días. En una de ellas, «muy sonriente» había recibido el encargo de «transformar este valle , que haya un gran centro de espiritualidad donde las almas encuentren paz y descanso». Fragomeni se hizo religioso y actualmente lleva una vida apartada. A veces mantiene encuentros en la iglesia construida en el lugar de las supuestas apariciones, donde resume el mensaje de la Virgen como una llamada a rezar el rosario por la paz y por las personas, a confesarse y a buscar a Dios en la propia vida. El Vaticano valora positivamente sólo el «fenómeno pastoral», o sea, el supuesto mensaje y los frutos espirituales que se derivan, «sin entrar a formular juicio alguno sobre la eventual sobrenaturalidad» de las apariciones. Por eso, solicita al obispo Francesco Olivia que siga «prestando la máxima atención a la correcta apreciación de los frutos, del fenómeno examinado, mediante una prudente vigilancia», para que « se excluyan las formas inapropiadas de veneración y el uso impropio de títulos marianos». «Será importante, manifestar una veneración en clara perspectiva cristológica», detalla, es decir, que ayude a conocer mejor a Dios y no sea autorreferencial. La respuesta del Vaticano, firmada por el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, remite al artículo 17 de las nuevas normas que recita que «aunque no se expresa ninguna certeza en cuanto a la autenticidad sobrenatural del fenómeno, se reconocen muchos signos de una acción del Espíritu Santo «en medio» de una determinada experiencia espiritual, y no se han detectado, al menos hasta ese momento, aspectos especialmente problemáticos o arriesgados . Por ello, se anima al Obispo diocesano a apreciar el valor pastoral y también a promover la difusión de esta propuesta espiritual, incluso a través de posibles peregrinaciones a un lugar santo». El Vaticano justifica una decisión tan rápida porque el obispo Oliva ha asegurado que desde que se autorizó esa iglesia en 2008 « no han surgido elementos críticos o de riesgo , ni tampoco problemas de evidente gravedad, sino antes bien, signos de gracia y conversión espiritual». En su respuesta insiste en que da su permiso confiando en la «constante vigilancia» del obispo «para que no se produzcan manipulaciones de las personas, aprovechamientos económicos indebidos, graves errores doctrinales, que pudieran provocar escándalos, dañar a los fieles y minar la credibilidad de la Iglesia». Oliva ha escrito este martes a los católicos de su diócesis para comunicarles que el Vaticano ha «apreciado el valor y el significado del evento espiritual de la Peña». Dice que este reconocimiento «tiene un gran significado espiritual y da más serenidad a quienes desde hace años peregrinan a la Peña. Aquí pueden seguir viviendo la devoción a la Virgen y realizarse actividades religiosas y de culto». Es la cuarta aparición sobre la que el Vaticano se pronuncia, después de que el pasado 17 de mayo entraran en vigor las nuevas normas, que invitan a valorar el fenómeno pastoral sin buscar una respuesta definitiva sobre el evento sobrenatural, a no ser que sea un fraude evidente.