El foco inicial del incendio forestal de Obejo estuvo en el campo de tiro de la Base Militar de Cerro Muriano, una de las partes más afectadas por el mismo. Así lo han confirmado a ABC fuentes del operativo autonómico contra incendios y de la propia Brigada. Aún así, se esta a la espera de que concluya la investigación abierta para determinar las causas y dar oficialidad a esta conclusión. Ambas fuentes han señalado también a este periódico que en las próximas horas todo apunta a que quedará controlado , ya que en estos momentos casi todo el perímetro del mismo, fuera de la zona de exclusión, está controlado, por lo que al final de la noche podría producirse ese control. Llama la atención que este lunes la subdelegada del Gobierno en Córdoba , Ana López, señaló en un acto sobre la Dirección General de Tráfico en Córdoba que el origen había estado fuera del campo de tiro . Ahora mismo está estabilizado y en la zona trabajan 25 bomberos forestales con dos vehículos autobombas que están refrescando áreas quemadas pero no existen frentes abiertos ni riesgo de ello. También por parte de la Unidad Militar de Emergencias (UME) del Ejército , con unos cincuenta efectivos, se sigue trabajando justo en el borde con la zona de exclusión del campo de tiro para evitar que traspase el límite. Respecto a la superficie quemada, los datos van afinándose conforme pasan las horas. Desde el Infoca se informa de que la zona forestal externa al campo de tiro ha sufrido la pérdida de 571 hectáreas. Fuentes militares han explicado a ABC de que dentro de la zona de caída de proyectiles, en la parte más al norte de todo el campo de maniobras (que comprende unas 4.300 hectáreas), podrían haber ardido más de 1.300 hectáreas . «Una parte importante del campo de tiro», han apostillado. Es por ello que la cifra total de superficie afectada rondaría ahora mismo las 1.900 hectáreas . Hay que recordar que este incendio se inició en la tarde del pasado viernes, después de otro previo cercano en Obejo que sí logró controlarse. El viento, las altas temperaturas y baja humedad de esos momentos ayudaron a propagar unas llamas que pronto abarcaron una superficie extensa que fue aproximándose tanto al límite de la N-432 hacia el oeste como al pantano del Guadalmellato por el este. Dos madrugadas de intenso trabajo con hasta más de 200 efectivos a pie, una veintena de aeronaves en el cielo y numerosa maquinaria pesada tuvieron que desplegarse para poder domesticar a un incendio complejo por la imposibilidad de acceder a la zona de exclusión militar donde podía haber proyectiles sin explotar con el consiguiente riesgo para las vidas humanas.
