El Gobierno ha reconducido de forma sustancial sus previsiones de crecimiento de la economía española para este año, elevando al 2,4% el avance del PIB y mejorando también la estimación de 2025, situándola en el 2,2% del PIB, en la última revisión del cuadro macroeconómico presentada este martes en Consejo de Ministros. De esta forma, el Ejecutivo revisa las principales variables de comportamiento de la economía del país en los próximos meses, basando la mejora en el esperada resiliencia del mercado laboral y el mantenimiento de altos niveles de ocupación, llegándose a alcanzar los 22 millones de afiliados para el final de la legislatura, y gracias a que el consumo de los hogares mantiene el pulso pese a la moderación del último bienio inflacionista. El Ministerio de Economía justifica esta revisión de las previsiones al alza sobre la base del mejor comportamiento de las exportaciones , la inversión y la buena evolución del mercado de trabajo , que el Ejecutivo espera impulsar por encima de los 22 millones de ocupados al final de la legislatura -en lo que va de año hay más de 320.000 nuevas afiliaciones en términos desestacionalizados, según recuerda el Ejecutivo-. De hecho, el titular de la cartera responsable de la elaboración de este informe de situación, Carlos Cuerpo , remarcó que el buen comportamiento del sector exterior no sólo se debe a la buena marcha del turismo , sino a otros servicios relacionados con la tecnología o las finanzas, lo que es síntoma de una «progresiva modernización» de la economía española, a ojos del responsable de la elaboración de este marco económico financiero de los próximos tres años. «Los servicios no turísticos las exportaciones van a alcanzar este año los 100.000 millones de euros, van a estar por encima de las exportaciones de servicios turísticos, que estarán en torno a los 90.000 millones», explicó durante su intervención en la rueda de prensa posterior a la reunión del gabinete ministerial del Gobierno. Desde Economía también apuntan el impacto positivo que tendrán en la economía las inversiones relacionadas con los fondos europeos del Plan de Recuperación , que entre este año y el siguiente alcanzarán su «máximo impacto», llegando a suponer en 2025 entre uno y 1,2 puntos del PIB, es decir, siendo responsables estas llegadas de capital de casi la mitad de todo el crecimiento de la economía en el próximo año. Así, la mejora de las previsiones macroeconómicas no sólo se quedan en 2024 y 2025, sino que en los dos años siguientes se espera un «aterrizaje» que dejaría a España con crecimientos del PIB cercanos al 2%. Carlos Cuerpo asegura que todos estos augurios trasladan el mensaje de que España va a seguir creciendo «a un ritmo elevado» en los próximos años y se van a dejar de lado los «escenarios catastrofistas» que se preveían hace dos años con el inicio de la crisis inflacionista de la guerra de Ucrania. «Esto se traslada es en una recuperación muy robusta y por encima de nuestros principales socios. España será el motor de crecimiento entre las grandes economías europeas no sólo en el corto plazo, sino también a futuro», subrayó. Así las cosas, el Ejecutivo cree que la economía española concluirá su salida del 'doble shock' de la pandemia y la crisis inflacionista «sin cicatrices estructurales» y con la previsión de que el mercado laboral siga mejorando su comportamiento para llegar a una tasa de paro cercana al 8% en 2027 . Con este panorama de más gente trabajando en el país, Carlos Cuerpo prevé que haya una mejora de la productividad real por hora, que hasta la fecha ha sido uno de los «grandes retos» de la economía española. Esa mejora de la productividad, dice el ministro, es compatible con el objetivo de reducir la jornada laboral , y de hecho se prevé que el crecimiento de la productividad acompañará a una mejora de la remuneración real de las personas trabajadoras. Economía remarcaba así que todo ese crecimiento se mantendrá en un marco de «responsabilidad fiscal» hasta el año 2027, que pasa por reducir el déficit público desde el 2,5% del PIB en 2025 al 2,1% en 2026 y al 1,8% en 2027 y por recortar la deuda pública al final de la legislatura por debajo del 100%. Esto supone, explica el ministro, haber recuperado el espacio fiscal que se consumió en la pandemia como consecuencia de la crisis sanitaria. Del mismo modo, el Consejo de Ministros daba luz verde al límite de gasto no financiero, conocido como 'techo de gasto' , del Presupuesto del Estado para 2025, que se eleva ligeramente a la cifra récord de 199.171 millones de euros, incluyendo los fondos europeos. Con este paso, el Ejecutivo pone la primera piedra para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2025, que el Gobierno pretende aprobar en tiempo y forma antes de que acabe el año, con el objetivo impulsar la economía, pero teniendo en cuenta el complejo panorama internacional y la reactivación de las reglas fiscales europeas. «Damos un paso decisivo en el camino de formulación de unas nuevas cuentas públicas para el año 2025, que esperamos presentar en tiempo y en forma y, por tanto, tenerlos aprobados antes del 31 de diciembre del año en curso», ha asegurado la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero , en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Montero ha explicado que esta cifra de 199.171 millones es «bastante similar» a la registrada en el año anterior -solo ligeramente superior-, dado que a partir de ahora España recibirá más préstamos que transferencias procedentes de los fondos 'Next Generation EU'. «En cualquier circunstancia, los fondos europeos siguen siendo una palanca imprescindible para la transformación de nuestro modelo productivo, fundamentalmente en digitalización, transición verde o cohesión territorial», señaló. Sin tener en cuenta los fondos europeos, el 'techo de gasto' se eleva en 2025 a 195.353 millones, un 3,2% más respecto al año pasado (6.138 millones más). «Es un incremento relevante, pero prudente, que anticipa nuestro compromiso con la estabilidad fiscal», ha subrayado la titular de Hacienda. Una vez conocidos el techo de gasto y la senda fiscal, el acuerdo del Consejo de Ministros debe ser ratificado por las Cortes Generales, primero por el Congreso y posteriormente por el Senado, pero el Gobierno ya se ha asegurado que la mayoría absoluta del PP en la Cámara Alta no pueda vetar los objetivos de estabilidad presupuestaria , como ha sucedido otros ejercicios, y para ello ha eliminado esta facultad del Senado en la Ley de Paridad que ha entrado en vigor recientemente. De esta forma, el Ejecutivo, que no cuenta en el Parlamento con la mayoría necesaria, confía en que sus habituales socios de gobierno ratifiquen los objetivos y pueda comenzar así a elaborar las cuentas públicas del próximo año, que pretende aprobar en tiempo y forma, toda vez que este año están prorrogados las de 2023. Tal y como reiteraba Montero, la Administración Central asumirá la mayor parte de la responsabilidad del cumplimiento de los nuevos objetivos fiscales, dado que en 2025 deberá situar su déficit en el 2,2%, en el 1,8% en 2026 y en el 1,5% en 2027. Así, las comunidades autónomas contarán con un mayor margen fiscal. El objetivo para comunidades en 2025 queda fijado en el -0,1% frente al superávit del 0,1% que contemplaba la senda anterior. Ello implica dos décimas más de margen fiscal. Para 2026 y 2027, el límite de déficit también será del -0,1%. Los ayuntamientos y corporaciones locales también dispondrán con una senda de estabilidad más beneficiosa. Para el año 2025 y 2026, el objetivo de estabilidad municipal será de equilibrio presupuestario, cuando la senda vigente hasta ahora contemplaba un superávit del 0,1% y del 0,2%, respectivamente. En cuanto a la deuda pública , el objetivo fijado para las comunidades autónomas es del 20,8% del PIB 2025, 20% en 2026 y 19,4% en 2027. Por su parte, la deuda de los ayuntamientos mantendrá una senda descendente en los próximos ejercicios, pasando del 1,3% en los años 2025 y 2026 al 1,2% en 2027.