La Convención Republicana dio ayer su pistoletazo de salida, y a pesar de que todas las miradas están puestas en Donald Trump tras superar un intento de asesinato en Pensilvania. El expresidente llegó a Milwaukee prácticamente con todo ganado, porque desde hace tiempo no tiene rivales, pero ahora le envuelve la épica. Todos los delegados le rinden pleitesía. Sin embargo, se trata de un trámite formal y permite a los votantes tener una mejor idea de quiénes serán los hombres de confianza de Trump si consigue regresar a la Casa Blanca.
Cada día se tratará un tema de interés con una serie de oradores que incluirán historias personales. El lunes se dedicó a la economía y cómo el plan que propone Trump para reducir la inmigración irregular permitirá que baje también la inflación. Hoy, la jornada estará dedicada a la frontera, una cuestión clave en las presidenciales. Se espera que el partido trate una vez más de vincular sin pruebas inmigración y delincuencia. Para eso ha invitado a un hombre que perdió a su hermana, asesinada por un inmigrante ilegal. Mañana los participantes se centrarán en hablar sobre la seguridad nacional, una cuestión que se espera que se centre en las debilidades de Biden como comandante en jefe del país, y el jueves, el broche final.
Trump recuperará su famoso «Make America Great Again» (Haz EE UU Grande de Nuevo). Ese día, ofrecerá su discurso de cierre, que escucharán en persona Melania Trump y el hijo de ambos, Barron. El nombre de la ex primera dama no aparece en la lista de oradores y, salvo cambios, solo se la verá de forma puntual apoyando a su esposo.
Se espera que la Convención en Milwaukee recoja unos ingresos de casi 200 millones de dólares para la ciudad. Los expertos advierten de que no todo es beneficio, porque organizar este tipo de eventos supone mucha inversión, sobre todo en publicidad, pero desde hace semanas que los hoteles han colgado el cartel de completo, el precio de los billetes de avión está por las nubes y es imposible hacer una reserva en los principales restaurantes.
Según un estudio de Steven Deller, profesor de Economía Agrícola Aplicada en UW-Madison, basándose en los gastos de las convenciones entre 2008 y 2012, estas generan «alrededor de 29.000 noches de alojamiento con un precio medio de 175 dólares por noche, lo que hace un total de más de 5 millones de dólares solo en hospedaje». Además, cada visitante suele gastar unos 200 dólares al día en alimentación y transporte, «lo que le eleva el gasto total a más de 55 millones». Sin embargo, teniendo en cuenta lo que ha tenido que invertir la ciudad para acomodar los espacios, arreglar transportes, seguridad y demás, Deller no cree que el beneficio supere los 200 millones.
