Lo que se había convertido en la ansiedad de un país, deprimida, casi histérica Argentina por la sequía de títulos, es ahora rutina, pura alegría, pues la selección albiceleste vive el que seguramente sea el mejor momento de su historia. El equipo dirigido por Lionel Scaloni desplegó hace tres años una alfombra roja de la que no ha sabido apartarse, superlativo campeón de la Copa América en 2021, del Mundial de Qatar en 2022 y, desde el pasado domingo, de una nueva Copa América tras imponerse a una sorpresiva Colombia gracias a un gol de Lautaro Martínez en la prórroga. Triple conquista consecutiva que ningún conjunto suramericano había conseguido, no así en Europa, donde España se hizo con los trofeos continentales en 2008 y 2012 y con el Mundial en 2010. Fueron muchos los récords que desguazó la albiceleste en el Hard Rock Stadium de Miami. Superó a Uruguay como país con más conquistas americanas (17 por 16 de los charrúas) y Leo Messi , líder indiscutible del grupo, que tuvo que ser sustituido en el minuto 66 por lesión, se convirtió en el jugador con más títulos de siempre, un total de 45 para dejar atrás a Dani Alves (44). Como Di María , que disputó su último partido como internacional, lloró como nunca el delantero del Inter de Miami, quién sabe si por el esperado título o porque tenía el tobillo como si una estampida de búfalos le hubiese pasado por encima. Es Argentina un valor seguro para el fútbol suramericano, un equipo repleto de talento pero que juega como la menos capacitada de las selecciones, ordenado, sin egos y entregado al liderazgo mesiánico de Messi. Con un entrenador humano como el que más, un Scaloni que llegó al cargo en 2019, criticado y sin experiencia, y que en tiempo récord ha conseguido que equiparen a su 'Scaloneta' con el Menottismo y el Bilardismo, las otras dos grandes escuelas del fútbol argentino. Un equipo para la historia, campeón, que ha sabido tapar con victorias la delicada situación que atraviesa desde hace demasiado tiempo la Conmebol (Confederación Suramericana de Fútbol). Fue sonrojante la batalla campal entre jugadores uruguayos y aficionados colombianos en las semifinales y, en el último encuentro del campeonato, la imagen no fue mucho mejor. Fueron cientos de hinchas los que intentaron colarse en el recinto sin entrada, estampida que provocó heridos, desmayos, y que el esperado desenlace comenzase con 90 minutos de retraso. Ni siquiera que la organización se lleve la Copa América a un país con un teórico mayor nivel de seguridad (Estados Unidos) ha impedido que los males florezcan, pues fue muy duro ver a niños argentinos al borde de un ataque de ansiedad tras la marabunta que se formó en varios de los accesos del estadio. Las imágenes eran violentas y surrealistas, viral un vídeo en el que se ve a varios aficionados colombianos emular a John McClane en la 'Jungla de Cristal, empeñados los cafeteros en llegar hasta las gradas utilizando los conductos de ventilación. Su pericia no fue tanta como la del legendario policía de origen irlandés y muchos se fueron con sangre sobre el rostro tras ser detenidos por la seguridad. Caos que contrastó con la felicidad desaforada de Buenos Aires, epicentro de las celebraciones la capital que, pese a todo lo vivido, supo mantener el orden. «¡Vamos Argentina, carajo! ¡Somos campeones otra vez!», vociferó el presidente Javier Milei en sus redes sociales, pues es una victoria de la albiceleste lo único que parece unir a un país que aún busca un rumbo que seguir. Campeonas con unas horas de diferencia, Argentina y España no tardarán demasiado en verse las caras sobre el césped. Ambas selecciones participarán en la 'Finalissima' de 2025, un torneo que sustituye a la Intercontinental, a partido único, sin prórroga y que decide quién manda en el globo. Argentina batió a Italia sobre el césped de Wembley en 2022. En menos de un año, será 'La Roja' su épico rival.
