“Hubo una época en la que los deportistas españoles iban con miedo, con poca capacidad de creer que se podía hacer algo, y eso nunca ayudó a que tuvieran un triunfo”
El domingo 14 de julio será recordado por los triunfos de Carlos Alcaraz en Wimbledon tras derrotar a Djokovic, el segundo consecutivo que conquista; y de la selección española de fútbol en la Eurocopa, y el psicólogo del deporte José Carlos Jaenes explica el fenómeno que se ha vivido los últimos años en España:
Hay un cambio de mentalidad en España en general, y en el deporte en particular. Ahora sí, esta generación cree en sí misma. Son capaces de intentar hacer cualquier cosa porque creen en sí mismos y han trabajado para ello. Recuerdo los tiempos de Mariano Haro y en adelante en los que los deportistas españoles iban con miedo, con poca capacidad de creer que se podía hacer algo, y eso nunca ayudó a que tuvieran un triunfo. Cuántas veces grandes atletas españoles y deportistas iban a las competiciones con grandes marcas y nunca consiguieron nada.
Pepe Díaz, que fue seleccionador nacional de voleibol durante muchísimos años, un gran entrenador y un gran profesor, en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 estaba sentado con la selección y entró el equipo de Cuba, y empezaron: "Mira, mira, los cubanos, mira a fulano, mira a mengano..."; y Pepe se fue a los jugadores y les dijo: "Con esa mentalidad nunca vamos a ganar. Ellos tienen que admirarnos a nosotros, no nosotros a ellos". Ahí, en Barcelona, creo que se produce un cambio, se ha profesionalizado a entrenadores y las ciencias del deporte han entrado a saco y con muy buena formación: médicos, psicólogos, preparadores físicos... Todo esto ha contribuido a una nueva mentalidad, y esta es una gran noticia.
El domingo fue un gran día, porque ganar Wimbledon tan joven como es Alcaraz, y ganar con la suficiencia con la que ha ganado España la Eurocopa de fútbol con un equipo tan joven y de tanta proyección, es de mérito. Y yo llamaría muy mucho la atención sobre la figura de De la Fuente, un hombre tranquilo, sosegado, con valores, que fundamentalmente da tranquilidad. Por gente que lo conoce bien sé de su trato exquisito y excelente con los jugadores, lejos de los entrenadores que lo hacían todo con la vara verde. Creo que es algo –y pego un salto– que deberían aprender los políticos españoles: que se puede vivir sin crispación y haciendo las cosas bien. Así que, larga vida al tenis y larga vida al fútbol y al deporte español, porque ahora viene otra, vienen los Juegos Olímpicos, en los cuales estoy seguro de que este cambio de mentalidad va a dar sus frutos en la competición que supone el máximo exponente del deporte mundial.
