Gigi Méndez quería explorar otros géneros, otros sonidos. Ya había probado con el reguetón, el dembow, incluso baladas. De allí su interés por seguir experimentando. Un buen día, su productor le presentó una pista de funk brasileño en la que estaba trabajando. Al escucharla, lo primero que le vino a la mente fue un partido […]
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Gigi Méndez quería explorar otros géneros, otros sonidos. Ya había probado con el reguetón, el dembow, incluso baladas. De allí su interés por seguir experimentando. Un buen día, su productor le presentó una pista de funk brasileño en la que estaba trabajando. Al escucharla, lo primero que le vino a la mente fue un partido de fútbol. El sonido le recordó el ambiente que se vive en el estadio. Buscó el calendario de la Vinotinto masculina y descubrió que jugarían la Copa América. Tomó lápiz y papel y comenzó a escribir. Quería componer una canción para la selección que la acompañara en un momento tan importante pero, sobre todo, que reflejara el sentir de todo un país.
Quería que la canción fuera especial. Por eso, Gigi Méndez se dedicó en cuerpo y alma a trabajar en «Somos Vinotinto», tema oficial de la selección. «Cada día quería añadirle cosas nuevas. Un día quería cánticos, entonces llevé fanáticos al estudio. Otro día quería coros y tuve la oportunidad de ser dirigida por mi profesor de canto de toda mi vida, Manolo De Freitas. Luego quise incluir a un periodista deportivo y contacté a Humberto Turinese… Así es como construí el rompecabezas de ‘Somos Vinotinto’, cuenta Génesis Méndez, nombre de la cantante caraqueña de 25 años de edad.
Su relación con la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) comenzó el año pasado, cuando la invitaron a cantar en el intermedio de un partido de la Vinotinto femenina contra Uruguay. La invitación llegó luego de que Gigi publicara un video de agradecimiento a las dirigida por Pamela Conti por usar sus temas para acompañar sus reels y tiktoks. Cuando «Somos Vinotinto» estuvo lista, la cantante decidió enviarle el tema al FVF. «Le escribí a Frank Yoli, jefa de prensa de la selección femenina, que era mi único enlace directo con la federación. ‘Me gustaría que escuches esto, siento que podría ser una buena canción para la Copa América’, decía el mensaje. El mismo día recibí un muy buen feedback (…) Fue algo muy bonito porque no pensé que esa canción que soñé en mi cabeza y estructuré en mi cuarto llegaría a gente como la directiva de de la Federación Venezolana de Fútbol», asegura Gigi, quien considera que la propuesta fue un riesgo.
«Cuando finalmente me llaman para confirmar la noticia, me tomó sola en casa y lo que hice fue gritar, llorar, celebrar y orar, porque soy bien espiritual. Muchas personas creen que ya había una relación previa y la verdad es que mi único vínculo era haber tenido esa oportunidad (cantar en el intermedio de un partido de la selección femenina)”.
Gigi Méndez es la primera mujer en componer e interpretar una canción para la Vinotinto. «Es un grandísimo honor, pero a la vez implica una gran responsabilidad porque cuando eres un artista urbano, especialmente cuando eres un artista nuevo, tienes que buscar la forma de demostrar de qué estás hecho. Siento que esta fue una oportunidad muy buena para mí, porque gracias a Dios estamos viendo los resultados del riesgo que asumí. También recibo con mucho amor la receptividad que ha tenido el tema, el desempeño de nuestra selección jugó muchísimo a mi favor porque todo estuvo perfectamente ejecutado para que la canción tuviera tanto impacto».
Desde el lanzamiento de «Somos Vinotinto», la canción, cuyo video en YouTube acumula 2,6 millones de visualizaciones, le ha dejado a Gigi mensajes de apoyo de venezolanos dentro y fuera del país. «Me encanta que, por ejemplo, haya personas de otras nacionalidades que se sienten identificadas con esta canción. Me encanta que sea la canción la que permite que nosotros como venezolanos alrededor del mundo podamos reencontrarnos».
Pero no todo ha sido positivo. La cantante también ha recibido comentarios negativos, sobre todo después de que la Vinotinto quedara fuera de la Copa América. Méndez no le presta atención al odio en redes sociales, tiene claro que su trabajo no siempre le gustará a todos. Lo entiende y lo acepta. «Creo que no estamos programados para gustarle a todo el mundo, tan sencillo como eso. Y está bien. Creo que la gente que es feliz no tiene tiempo de dañar a los demás. Se trata de entender que muchas personas no están haciendo lo que les gusta y que tal vez no dimensionan el trabajo que hay detrás y eso se entiende», dice sobre las críticas en redes sociales.
No dejarse llevar por los comentarios negativos, porque hablan más de quien los dice que de ella, es algo que le ha tomado tiempo procesar. «Al principio fue difícil porque no eres tan seguro de ti mismo ni de lo que estás haciendo. Creo que con el tiempo vas desarrollando esa seguridad, empiezas a pisar fuerte y a tener una base sólida sobre la cual apoyarte».
No le molesta que en su carrera la identifiquen como la «chama de la canción de la Vinotinto». «Desde que tengo uso de razón, mi sueño ha sido hacer la canción del mundial, entonces si alguien me ubica por ser la que hizo la canción de la Vinotinto, para mí es un honor. Por supuesto, he hecho mucho más que eso y habrá quien me ubique por ser la del dembow. Creo que todo el mundo tiene derecho a tener una perspectiva y eso está chévere; sin embargo, no siento miedo porque es un gran honor este título, que llevo con muchísimo amor y responsabilidad».
La carrera de Gigi Méndez no comenzó -ni ha terminado- con «Somos Vinotinto». Tiene poco más de dos años construyéndose un nombre en el género urbano, tanto dentro como fuera de Venezuela; sin embargo, su relación con la música va mucho más allá.
Antes de decidirse por el canto, tuvo su primer contacto con la música en El Sistema, donde tocó piano y violonchelo. «Siempre viví y respiré música. Era como un ratoncito de biblioteca, me gustaba muchísimo estudiar la partitura», recuerda Gigi, quien cuenta que con el tiempo, ya en la adolescencia, comenzó a interesarse por el canto y a participar en competencias y actividades escolares vinculadas con la interpretación.
Ya en la universidad, se tomó mucho más en serio el canto y comenzó a recibir clases particulares con el profesor Manolo De Freitas y a participar en más concursos. «Me metí en este mundillo de las competencias y por primera vez en la vida perdí en algo y, como una buena capricornio competitiva que soy, quería seguir adelante y demostrar que todos los años y sacrificios que mi familia invirtió en mí valieron la pena».
Antes de lanzar su primera canción, se dedicó durante mucho tiempo a componer para otros. Escribía canciones y las vendía para recaudar fondos para grabar las suyas. «Me dediqué a la composición porque no tenía el presupuesto para sacar mis canciones adelante. Las personas desconocen lo costoso que es sacar una canción: el videoclip, la promoción y todas las herramientas que vas a necesitar. A veces todo eso se minimiza y se piensa que es solo sacar la canción y ya. Y no, no es tan fácil».
Escribir para otros ayudó a Gigi Méndez a descubrirse, lo que le gustaba y lo que no. Comenzó a probar cosas nuevas. Así se atrevió a hacer reguetón, aunque la mayoría de sus referentes en la música son artistas pop. Eso no la limitó, todo lo contrario. La motivó a incluir estas influencias con las que creció en sus composiciones. «Siempre digo que soy cantante por Hannah Montana porque crecí viendo todo el proceso evolutivo de Miley Cyrus y me sentí muy identificada. También escuché mucho a Katy Perry y Rihanna, que hasta el sol de hoy es mi referencia más grande. Como escuchaba cosas demasiado pop, siempre trato de involucrar esos elementos en mis producciones. A veces restringimos el reguetón en una casilla, pero hay mucho más detrás».
En la pandemia se dedicó a tiempo completo a su carrera como solista, a trabajar en sus canciones. En 2022, emigró a México, donde vivió un año, para probar suerte en la música. Allí publicó sus primeros temas y trabajó en su presencia en redes sociales. «Cuando sales de tu zona de confort se te abren muchísimo las puertas y la mente porque te toca crecer, madurar y aprender. En México descubrí cosas maravillosas como el poder de las redes sociales, porque antes yo estaba peleada con ellas, no sabía de qué forma mostrar mi música y que las personas se quedaran desde el principio hasta el final del video viendo y escuchando lo que decía».
El trabajo que mostró en sus redes sociales la llevó a hacer una colaboración que marcaría un antes y un después en su incipiente carrera: «Pégate» junto con Anacri, venezolano radicado en España. «Él me dio la oportunidad en esa canción y se hizo viral a puntos estratosféricos. O sea, la canción en ese momento estaba número uno en TikTok, tanto en España como en México. Recuerdo que mi primera foto no me la piden en Venezuela, me la piden en México. Ese momento lo recuerdo con mucho amor porque me hizo crecer, madurar y aprender».
A partir de esa canción, Gigi Méndez comenzó a recibir propuestas de disqueras hasta que firmó con su actual sello, Danger Music, que le pidió regresar a Venezuela para trabajar su carrera en el país. Aunque a la cantante le emocionaba volver, también tenía miedo porque no sabía cómo la recibiría el público. Para su sorpresa, la receptividad fue positiva.
El apoyo de su familia ha sido fundamental. Sin ellos, reconoce, no podría haber hecho nada. «Si no hubiese tenido a mi mamá y a mi abuelo no sería lo que soy ahora. Tuve la fortuna de tener una familia maravillosa, unas hermanas maravillosas. Soy la hermana mayor de dos muchachonas, que son mi equipo más grande, van a mis shows, me ayudan a vestirme y maquillarme. Creo que la familia es un cable a tierra, te mantiene enfocado».
Desde que regresó, la cantante caraqueña no ha parado de sacar música y hacer colaboraciones con talento venezolano emergente como Kobi Cantillo y Stangah. «Estoy trabajando en un álbum, en el single que voy a sacar después de ‘Somos Vinotinto’ y en muchísimas sorpresas de las que todavía no puedo decir para que se den, pero especialmente en colaboraciones con artistas tanto nacionales como internacionales», adelanta la cantante, que sueña con cantar algún día con Oscar D’León acompañados por El Sistema.
Sueña con que Venezuela pueda tener una o más artistas de la talla de Karol G o Shakira. Y le gustaría ser ella. «El plan principal es que Venezuela siga sonando por música. Tenemos mujeres preciosas, tenemos atletas de impacto, pero también tenemos artistas que están llevando muy en alto la bandera y yo quiero estar ahí. Quiero ser una, quiero que mi país siga sonando fuera de nuestras fronteras por música, ese es mi propósito».
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