La lucha política en torno a los ejes derecha-izquierda, ricos-pobres, progreso-involución no solo no se ha agotado, sino que, aunque vaciada de sentido real, se va a agudizar. Como la incorporación de la ciencia de datos y la inteligencia artificial (IA), la revolución digital, a los procesos políticos es imparable, la cuestión estriba en acertar con el diagnóstico para la supervivencia y fortalecimiento de la democracia. Durante doscientos cuarenta años, la tensión entre el poder y la libertad se ha resuelto con instancias intermedias (opinión pública libre y racional, representación, medios y partidos). La ciencia de datos («los datos son el petróleo del siglo XXI», López-Zafra y Queralt) y la IA en un mundo contingente ofrecen la posibilidad de transformar...
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