«Que Dios nos ayude». Así finalizaba el editorial de 'The Wall Street Journal' del domingo. Ver a la 'Biblia de los mercados' encomendándose a una fuerza sobrenatural no es habitual, incluso en un país cristiano como EE.UU. Sus redactores saben bien que todo lo que rodea a un demagogo como Donald Trump es material volátil y explosivo. Sin embargo, por inescrupulosos que sean los líderes populistas, por radicales y equivocadas que sean sus ideas, por básicas que sean las emociones con las que intentan manipular a la gente, la respuesta a su acción política no pueden ser las balas. Esta semana, además, en España ha quedado claro que, cuando existen partidos fuertes, con principios democráticos, los tan cacareados cordones sanitarios...
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