Un mes después de conquistar la tierra batida en Roland Garros, Carlos Alcaraz ha logrado también levantar la copa de campeón en la hierba de Wimbledon. El español ha dominado dos superficies opuestas, básicamente porque en la tierra la pelota bota más alto, es más lenta y es un juego más estratégico; y en la hierba la bola desliza y apenas sube, hay que jugar más agachado y más al ataque, porque da menos tiempo a defender. “Lo que está haciendo Carlos después de Roland Garros, cambiar el chip y prepararse de esta manera y llegar a la final es algo escandaloso. El nivel que está mostrando, sobre todo a nivel mental, y aguantar esa presión que, sin querer todo el mundo le pone y que ya da por hecho de que de que va a llegar a esta final, la verdad es que un súper diez para Carlos”, había analizado Juan Carlos Ferrero antes del partido con Djokovic. En la final, incluso, subió la apuesta y bordó el tenis.
Alcaraz creció entrenando en pistas de tierra, como es costumbre en España, pero su adaptación a la hierba ha sido rápida sin apenas haberla pisado, porque en Murcia no hay pistas de es tipo y en Villena, en la JC Ferrero Academy, hay una de césped artificial, que no es lo mismo. Jugó Wimbledon júnior en 2019 (llegó a cuartos) y en cuatro participaciones con los "mayores", ha ganado dos (también fue campeón de Queen's en 2023). “La forma en la que se ha movido sobre hierba estos dos últimos años ha sido genial, veo muchas similitudes entre él y yo en términos de capacidad de adaptación a las superficies. Diría que es su mayor rasgo, tiene las habilidades de jugar bien en cualquier lugar y adaptarse a cualquier rival en un día particular”, opina Djokovic.
El doblete París-Londres la misma temporada sólo lo habían conseguido cinco tenistas en el cuadro masculino a lo largo de la historia, cinco mitos de la raqueta que cuando se los nombraron al murciano, dijo: "Yo todavía no me considero un campeón, no como ellos, pero intento seguir construyendo mi camino. Es un gran honor para mí”. .
El primero fue, Rod Laver, el hombre que vivió a caballo entre el tenis, por decirlo de alguna manera, antiguo y la “era Open”, cuando profesionales y amateurs se unieron, a partir de 1968. El australiano ganó Roland Garros y Wimbledon en 1962, antes de ese momento citado antes, con 23 años y a punto de llegar a los 24; y en 1969, justo después, con 30 para 31. Su hazaña es todavía más grande porque esas dos campañas triunfó en los cuatro Grand Slam, algo que nadie ha podido repetir entre los chicos (en mujeres, lo hizo Margaret Court en 1970 y Steffi Graf en 1988, añadiendo además el oro olímpico).
A continuación, fue Bjorn Borg el que logró la proeza, además en tres ocasiones, 1978, 1979 y 1980. La primera vez tenía 22 años. Fue el tenista que empezó a cambiar el tenis con el golpe de revés a dos manos y tirando con mucho efecto. Era capaz de ganar en hierba jugando más desde el fondo, algo que hoy en día es más posible, pero antes no tanto. Sus once Grand Slams se dividen entre estos dos torneos: seis Roland Garros y cinco Wimbledon, estos de manera consecutiva. ¿Qué hubiera pasado si no se hubiera retirado con 26 años?
Algunos años más (28) tuvieron que pasar para que otro tenista triunfara en las dos superficies la misma temporada. Rafa Nadal fue el primer miembro del “Big 3” en lograrlo, en 2008, cuando después de dar una paliza a Federer en Roland Garros (6-1, 6-3 y 6-0) le destronó en Wimbledon en el considerado por muchos mejor partido de la historia del tenis. El balear tenía 22 años y pudo haberlo hecho antes, pues en 2006 y 2007 alcanzó las dos finales, pero no pudo con el suizo en las de hierba. En 2010, el zurdo lo repetiría con éxito.
Federer tuvo que esperar hasta los 27 años porque en Roland Garros Nadal le cerró siempre el camino. En 2009 el español perdió con Soderling y el helvético lo aprovechó para coronarse por fin en la Philippe-Chatrier y luego no perdonar en su reino, en el All England Club.
Djokovic, por su parte, lo hizo en la treintena, con 34 años, en 2021. Ya tenía, por supuesto, los dos títulos, pero no lograba encadenarlos. Jugó las dos finales en 2014 y 2015, pero perdió las de Roland Garros (contra Nadal y Wawrinka). En 2016 sí venció por fin en París, pero falló en Londres.
Carlos Alcaraz es campeón de Wimbledon y Roland Garros la misma temporada con 21 años y dos meses. Otro récord de precocidad para él, que ya fue en 2022 el número uno más joven de la historia.