La 'next gen' de finales de los 90, los Thiem , Tsitsipas, Medvedev... aquellos que aspiraban a dar el relevo generacional a Nadal, Federer o Djokovic ha sido superada por esa nueva generación nacida con la entrada de los 2000. Entre ellos destaca una figura: Carlos Alcaraz . Con solo 21 años el murciano no ha dejado de batir récords a pesar de su corta carrera. Ha sido número uno del mundo, ha ganado Grand Slam y ha conseguido una repercusión inusitada tanto dentro como fuera de España. Pero la piedra angular del 'proyecto Alcaraz' es Juan Carlos Ferrero. El extenista vio el potencial de un niño delgado. Incluso de ganar después el US Open Ferrero afirmó que Alcaraz solo estaba al 60%: « Todavía puede mejorar. Él lo sabe, yo también. Tenemos que seguir trabajando» . Asumiendo un papel discreto, Ferrero siempre ha mantenido la exigencia máxima con su pupilo y no ha dejado que la fama se le subiera a la cabeza e incluso le ha dado un toque de atención cuando ha tocado. Pudiendo haber entrenado a grandes estrellas -como lo hizo con Zverev-, el de Onteniente lo dejó todo por entrenar a Alcaraz. Lo vio por primera vez en su academia cuando el El Palmar solo tenía 12 o 13 años: «Era muy pequeño pero se veía que todo el mundo hablaba de él . Tenía todo lo que tiene ahora, pero en pequeño». A Ferrero le llamó la atención que siendo un adolescente sin físico competía con «rivales muy duros para él». En 'El Larguero' explicó que muchos intentaron disuadirle y aspirara a figuras ya consolidadas y conocidas en el circuito, pero Ferrero veía algo especial, quizá con ese ojo de tenista que ha sido número uno. Todo llegó por el manager de Alcaraz, que tras el la ruptura con alemán le propuso empezar desde cero. De hoteles y aviones al coche: «Tenías que viajar con él a los torneos en coche, irnos a Brasil y recorrer el país en coche para jugar 2 o 3 torneos» . Asumir el entrenamiento de Alcaraz fue una «apuesta personal» para Ferrero, pero también un motivo de «crecimiento personal», como desveló en el mismo programa de radio. Otro de los puntos determinantes para tomar la decisión fue el lado más humano. La relación con Zverev fue tensa porque Ferrero pensaba que no estaba del todo concentrado en el tenis e incluso «hubo un momento en que fue bastante irrespetuoso con el equipo». Sin embargo, en una entrevista con Marca desveló que el murciano tiene ambición pero no «ansias ni estrés» . La apuesta de Ferrero salió bien. La relación entre ambos es fluida y el joven tenista se apoya mucho en su entrenador como ha desvelado en ocasiones. También le ha dado las gracias públicamente: «Juan Carlos es mi segundo padre. No lo cambiaría por nada del mundo» , dijo en El Hormiguero. También existe ese sentimiento al contrario. Ferrero, casado con Eva Alonso y padre de tres hijas, confesó que sentía a su pupilo como su cuarto hijo. Más allá de esto, es propietario de su propia academia, Ferrero Equelite de donde han salido también otros grandes talentos de este deporte y un hotel de lujo: Ferrero Boutique Hotel. Retirado de las pistas desde 2012, Ferrero volvió a ellas para ver este deporte desde un prisma algo diferente . Por delante, el reto de seguir acompañando a Alcaraz y preparándolo ante los retos del futuro.
