París es un gran reto. Otro reto más para el deporte cubano. Cada vez el desafío es mayor; pero el compromiso sigue siendo el mismo e, incluso, redoblado. Hay una isla que siempre ha sido más grande que ella misma cuando existen medallas en juego.
La próxima olimpiada exige una altísima eficiencia de los atletas para ubicar a Cuba entre los 20 mejores países en el medallero. La delegación de 61 integrantes, la cuarta menos numerosa desde el triunfo de la Revolución, sabe el compromiso que tiene.
En medio de tensiones económicas fuertes, de las que el deporte no es ajeno, el Inder asumió el propósito de mantenerse en el top 20. Ahí donde están las potencias. En el pelotón de los «monstruos», Cuba.
Cinco medallas de oro, dicen los expertos. Con esa cantidad no hay pronóstico que deje fuera de los 20 primeros a ninguna nación. Si fueran más, aplausos; si menos, aplausos también. Estar es una hazaña, un privilegio, y hacerlo en el mejor estado de forma posible, ajustando cada peso, optimizando rutas críticas, hace más grande aún al deporte cubano.
Mijaín López va por un hecho inédito, un suceso que podría detener al mundo el 6 de agosto: su quinto cetro seguido. Ningún deportista acumula cinco títulos en cinco olimpiadas, una detrás de la otra, en la misma prueba.
Desde Beijing 2008 está colgando preseas olímpicas de oro en la pared habilitada por sus padres en el poblado pinareño de Herradura para las medallas de su hijo.
Una más y se hablará por los siglos de los siglos de un fornido gladiador del Caribe, con una sonrisa de hombre bueno, pero dotado de privilegios sobrenaturales para practicar la lucha grecorromana.
De ese deporte se espera al menos un título más. Luis Alberto Orta quiere revalidar su eléctrica corona de Tokio 2020, su oro mundial en 2023 confirma que aquello no fue casualidad. Gabriel Rosillo podría también subirse a lo más encumbrado del podio. Fue también rey del mundo el año pasado.
Con menos atletas de los deseados, el reto del boxeo es colgarse par de metales áureos. Julio César la Cruz y Arlen López llegan a la Ciudad de la Luz con un expediente de lujo: bicampeones olímpicos. Son puños expertos, fuertes, hábiles.
Quieren, y pueden, igualar a Teófilo Stevenson y Félix Savón, quienes llegaron a tres metales de boxeo en citas estivales, igual que el húngaro Laszlo Papp.
No será fácil para ambos. Lo saben. Han entrenado intensamente, enfocados en ese sueño con los ojos abiertos y el puño cerrado.
La canoísta Yarisleidis Cirilo es otra apuesta dorada. Su prueba de lujo es el C-1 a 200 metros. Tiene que sincronizarlo todo casi a la perfección. Hasta la respiración cuenta. Es una regata rapidísima, un flashazo, menos de 45 segundos. El título en el Mundial de 2023 pone sobre ella los reflectores mediáticos.
Cuba tiene ya un oro olímpico en ese deporte, el C-2 a mil metros, para hombres, en la capital japonesa, después de tres medallas de plata. Ahora toca empinarse a la cubana.
Leyanis Pérez podría ser la nueva reina del triple salto femenino. La diosa, por desgracia, no estará. Se extrañará a la venezolana Yulimar Rojas, la muchacha de piernas largas y flacas que va dibujando oros en el aire hasta caer en el cajón de salto, ausente en París por lesión.
Leyanis sabe que tiene gran proyección. Va rindiendo una temporada internacional exitosa y podría rebasar los 15 metros en la cita estival. La están
preparando para que en esa competencia logre 15.20 metros, poquito más o poquito menos; pero por ahí estaría su marca.
Idalys Ortiz también va a sus últimos Juegos Olímpicos. Acumula cuatro medallas en judo: bronce en Beijing, oro en Londres y sendas platas en Río de Janeiro y Tokio. La abanderada cubana se crece en los eventos cumbres. Sus adversarias la respetan siempre. Valoran su estirpe.
En ese mismo deporte, Cuba estará pendiente de las actuaciones sobre el colchón del monarca del orbe en 2022 Andy Granda y el subtitular a ese mismo nivel en 2018 Iván Felipe Silva.
En Tokio, Rafael Alba se colgó un bronce en taekwondo que muchos pensamos imposible tras caer en su primer combate, pero fue ganando y ganando, mientras lo arrastraban y consiguió el podio. Ahora parece más difícil, mas no imposible.
A sus 47 años Leuris Pupo va a su sexta olimpiada. Deshoja almanaques, pero su puntería y pulso están intactos. Oro en Londres y plata en la última competición bajo los cinco aros, es de los grandes en la pistola de tiro rápido a 25 metros.
Los pugilistas Saidel Horta, Alejandro Claro y Erislandy Álvarez tienen podios mundiales. Llevan la marca Cuba en estilo y golpeo. Esa misma escuela de boxeo que ha apuntalado a nuestras delegaciones olímpicas desde Múnich 1972.
En esos nombres se cifran los mayores pronósticos. Lucen los más sólidos candidatos a podio. Van a unos Juegos Olímpicos, que juegos siempre son, y olímpicamente puede haber sorpresas.
Esta vez todo parece más pragmático. Las opciones son reducidas para algún eléctrico, pero cuando se habla de Cuba, de cubanos y cubanas, no os asombréis de nada.