Paula Bogantes afirmó que decisión alemana de eliminar participación de empresas Huawei y ZTE, ‘respalda y confirma’ las acciones del gobierno tico.
Paula Bogantes, ministra de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt), afirmó que la política del Gobierno de excluir a empresas chinas, como proveedoras de tecnología 5G, es similar a la medida que Alemania anunció esta semana, para eliminar de su infraestructura de telecomunicaciones, los componentes producidos por las compañías de ese país asiático: Huawei y ZTE.
El Ministerio del Interior de Alemania informó, el pasado jueves 11 de julio, sobre la firma de contratos con los operadores de redes móviles Deutsche Telekom, Vodafone y Telefónica, en los que se incluyó una cláusula que les obliga a dejar de usar todos los componentes críticos fabricados por esas dos firmas chinas, en sus redes centrales 5G, a más tardar, a finales del 2026.
De igual forma, se estableció que los sistemas de transporte y acceso 5G de Huawei y ZTE deberán ser reemplazados antes de que finalice el 2029. El gobierno alemán aseguró que la medida responde a consideraciones de seguridad nacional.
Para Bogantes, la disposición dada a conocer por el país europeo “respalda y confirma” las acciones tomadas a nivel nacional. La jerarca rechazó que el país adoptara una política pública para discriminar empresas extranjeras. Así respondió luego de que la embajada de China en Costa Rica pidiera al gobierno un “trato justo y equitativo” para Huawei.
“Las decisiones del Micitt se basan en criterios técnicos y de seguridad, siempre buscando proteger los intereses nacionales; reiteramos que nuestra posición sobre estos temas es objetiva e imparcial. Justamente, en defensa de nuestra soberanía, se han adoptado medidas para que el despliegue del 5G se realice de manera que proteja los datos y la seguridad de nuestros ciudadanos”, afirmó la ministra.
El 31 de agosto del 2023, el Poder Ejecutivo emitió un reglamento que excluye a las empresas provenientes del país asiático, como Huawei, de poder convertirse en proveedores de redes y soluciones de tecnología 5G. Esto porque establece como requisito que la nación, de la cual sean originarias las empresas, haya suscrito el Convenio de Budapest. China no se encuentra entre los países signatarias de ese acuerdo internacional.
La embajada de China en Costa Rica, en reiteradas ocasiones, se ha opuesto a que se imponga el Convenio de Budapest como condición. Igualmente, ha negado que las empresas provenientes de su país supongan un riesgo para la seguridad del resto de las naciones. Alega que han mantenido operaciones en estos territorios desde hace muchos años sin ningún contratiempo.
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Recientemente, el 11 de julio, Wang Xiaoyao, embajadora de la República Popular China, externó estas preocupaciones a Bogantes. Tras el encuentro, la diplomática hizo un llamado a Costa Rica, para que “adopte una actitud objetiva e imparcial en esta cuestión, persista en su independencia y soberanía, y tome una decisión partiendo de sus propios intereses”.
La aplicación del reglamento se encuentra suspendida por una medida cautelar dictada por el Tribunal Contencioso Administrativo, a solicitud de una organización laboral del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), pero tanto el presidente Rodrigo Chaves como la ministra Bogantes reiteraron, el pasado miércoles 10 de julio, su respaldo a la normativa.
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Ante una consulta de La Nación, el Micitt subrayó que compartía los parámetros utilizados por Alemania para determinar en qué medida el orden público y la seguridad del país europeo “pueden verse afectados por el uso de componentes críticos de los fabricantes chinos Huawei y ZTE en sus redes públicas 5G”.
Los criterios considerados por Alemania son:
—Si el fabricante está directa o indirectamente controlado por el gobierno, incluidos otros organismos estatales y las fuerzas armadas, de un tercer país.
—Si el fabricante ha estado o está involucrado en actividades que afectan negativamente el orden público o la seguridad en Alemania o en otro Estado miembro de la Unión Europea, el Tratado del Atlántico Norte (OTAN) o sus instituciones.
—Si el uso de ciertos componentes críticos está en línea con los objetivos de política de seguridad de Alemania, la UE y la OTAN.
Empero, Bogantes dijo que existe apertura para conversar sobre el tema con la República Popular China, “siempre priorizando la seguridad y el bienestar de nuestros países y nuestros habitantes”.
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