El 'conflicto de Leticia' entre Perú y Colombia en la década de 1930 marcó un punto crítico en las relaciones entre ambos países, reflejando tensiones en la región amazónica y desencadenando un enfrentamiento armado por la soberanía de la estratégica zona de Leticia.
En las primeras décadas del siglo XX, el 'conflicto de Leticia' emergió como un punto crítico en las relaciones entre Perú y Colombia. Este enfrentamiento no solo reflejó la tensión en la región amazónica, sino que también marcó un antes y un después en la diplomacia y geografía política de América Latina. La disputa, que escaló hasta convertirse en un enfrentamiento armado en 1932, se centró en la soberanía sobre Leticia, una zona con recursos naturales y de gran valor estratégico.
El Tratado Salomón-Lozano, firmado en 1922, fue el intento diplomático por resolver las fricciones fronterizas históricas entre las dos naciones, asignando Leticia a Colombia y estableciendo un marco legal que buscaba estabilidad y paz. Aunque inicialmente el tratado fue visto como una solución, sus repercusiones se sintieron por décadas, reflejando las complejidades de los procesos de paz y las relaciones internacionales en la región.
'El conflicto de Leticia' se originó en 1932 cuando nacionalistas peruanos ocuparon la ciudad de Leticia, previamente cedida a Colombia por el Tratado Salomón-Lozano de 1922. Esta acción fue percibida por Colombia como una grave violación de su soberanía, desencadenando un conflicto armado en una zona estratégicamente importante en la Amazonía por su acceso al río Amazonas.
La tensión escaló, llevando a ambos países a movilizar sus fuerzas militares. Colombia, bajo la presidencia de Enrique Olaya Herrera, y Perú, dirigido por el presidente Luis Sánchez Cerro, desplegaron tropas en la región, lo que exacerbó el conflicto y dificultó una solución pacífica. La guerra incluyó batallas tanto en la selva como en el ámbito diplomático, con acciones que se extendieron hasta zonas cercanas al río Putumayo.
La intervención de la Liga de Naciones fue crucial para resolver el conflicto. En 1934, se firmó un protocolo de paz, donde Perú y Colombia acordaron respetar el tratado original y Leticia fue devuelta a Colombia. Este acuerdo también incluyó cláusulas que garantizaban derechos de navegación y comercio para Perú en el río Amazonas, intentando asegurar una coexistencia pacífica futura y estabilidad en la región.
El Tratado Salomón-Lozano se firmó el 24 de marzo de 1922 entre Perú y Colombia, siendo un acuerdo diplomático diseñado para resolver las disputas fronterizas que habían plagado las relaciones entre los dos países. El tratado, negociado en secreto, fue firmado por el Ministro Plenipotenciario de Colombia, Fabio Lozano Torrijos, y por el representante del Perú, Alberto Salomón. Este tratado cedió a Colombia la ciudad de Leticia y un corredor al río Amazonas, mientras que Perú recibió territorios menos disputados al norte del río Putumayo.
El tratado estableció de manera definitiva la frontera entre los dos países a lo largo del río Putumayo, con excepción de la zona alrededor de Leticia, que se delimitó a favor de Colombia. Sin embargo, las tensiones no se disiparon completamente, llevando al conflicto de Leticia en 1932, que finalmente requirió la mediación de la Liga de Naciones para restablecer la paz y reafirmar los términos del tratado.
El Tratado Salomón-Lozano, firmado en 1922, estableció las fronteras entre Colombia y Perú, pero no mencionaba explícitamente a la isla Santa Rosa, una pequeña isla en el río Amazonas cerca de la triple frontera entre Colombia, Perú y Brasil. La omisión de la isla en el tratado ha dado lugar a ambigüedades sobre la soberanía, especialmente dado su posicionamiento estratégico en el río.
En años recientes, la isla Santa Rosa cobró importancia debido a su ubicación estratégica y a las crecientes tensiones entre los países por cuestiones de seguridad y control territorial. La falta de claridad en el tratado original sobre la soberanía de áreas como Santa Rosa ha llevado a discusiones y negociaciones adicionales entre Perú y Colombia para aclarar y fortalecer la demarcación fronteriza establecida previamente.
