ERC ha saldado por ahora el escándalo de los carteles difamatorios contra Ernest y Pasqual Maragall con la apertura de expedientes disciplinarios contra cuatro de sus integrantes. Dos de ellos, uno de carácter muy grave y otro grave, conllevan la suspensión temporal de militancia. Los otros dos son leves. Esta es la conclusión principal de la investigación interna que ha ratificado la cúpula del partido este viernes.
En un escueto comunicado, la formación no ha querido desvelar quiénes son los expedientados, ni tampoco cuál fue su nivel de implicación en esa campaña de falsa bandera. Según la agencia ACN, el militante del municipio de Igualada al que se acusa de idear y llevar a cabo la acción sería el que tiene el expediente muy grave y se enfrenta directamente a una expulsión definitiva del partido.
La decisión final sobre los cuatro la tomará la Comisión de Garantías de la formación, después de que los investigados presenten alegaciones. Además del citado militante, los otros tres implicados son el entonces jefe de Comunicación, Tolo Moya; el exvicesecretario del mismo ámbito, Marc Colomé, y el exjefe de Estrategia, Sergi Sabrià.
La formación ha abordado el caso de los carteles este viernes en sendas reuniones de la dirección del partido y del Consejo Nacional. Dos espacios internos en los que por primera vez en seis años ha participado de forma presencial la secretaria general del partido, Marta Rovira, que acaba de regresar de Suiza tras cerrarse la causa de Tsunami Democràtic.
Los polémicos carteles aparecieron colgados en sedes de ERC en Barcelona el pasado 9 de marzo de 2023, con el lema “fuera el Alzheimer de Barcelona” y las fotos del alcaldable Ernest Maragall y su hermano, el expresident Pasqual Maragall, que sufre esta enfermedad desde hace años.
Más de un año después, y tras archivar la justicia el caso –que se había abierto por una denuncia de Maragall–, el diario Ara desveló que había sido un militante de ERC el que había urdido esta acción, y que el partido contaba con un grupo de comunicación que llevaba a cabo campañas de propaganda no convencional. Desde la dirección de Comunicación de la formación negaron haber conocido o autorizado los carteles, pero aún así el que fue jefe de Estrategia del partido durante años, Sergi Sabrià, se vio forzado a dimitir de su cargo en la Generalitat por ese asunto.
Lo que descubrió la investigación de los Mossos d'Esquadra es que fue un joven militante del partido, que formaba parte de este grupo alternativo de comunicación, quien encargó a otros tres chicos que colgaran los carteles. El partido, además, pagaba estas campañas a través de una empresa afín de marketing político, Relevance Marketing.
El escándalo de la campaña difamatoria ha contribuido a incendiar más si cabe la disputa interna por el liderazgo del partido. Desde el sector afín a Rovira, que pilota la transición hasta el congreso de otoño, señalan al bando de Oriol Junqueras, que aspira a regresar a la presidencia, como el responsable de haber hecho aflorar esta cuestión justamente ahora.
Además de los expedientes, una de las principales conclusiones del informe presentado a la cúpula es la necesidad de crear un protocolo para esas campañas de propaganda no convencionales, que en el caso de ERC incluyeron por ejemplo mandar un grupo de mariachis a la sede de Junts para que la mofa de su rival político se hiciera viral en redes sociales.
“El informe ratificado incluye la elaboración de un protocolo interno para el diseño y gestión de campañas y activismos, con el objetivo de nunca superar los límites éticos, como pasó con el caso de los carteles”, reconocen. Asimismo, la investigación pide una auditoría interna para “dilucidad las dudas generadas por este tipo de campañas”.