El Parlamento polaco rechazó este viernes un proyecto de ley que habría suavizado la legislación sobre el aborto y que, aunque fue presentado por la coalición gobernante, no fue apoyada por algunos de sus diputados.
La reforma pretendía despenalizar el acto de ayudar a una mujer a abortar hasta la semana 12 de embarazo. Según la ley actual, quien lo haga puede ser condenado a hasta tres años de cárcel.
El proyecto, que fue presentado por Izquierda, uno de los partidos que conforman la coalición del Gobierno, fue rechazado sin embargo por 24 de los 31 diputados del PSL, también integrado en la alianza que gobierna el país desde principios de año.
La cuestión del aborto y cualquier cambio legal que suponga su liberalización parcial es motivo de fricciones internas en la coalición que lidera el liberal Donald Tusk y que aúna a más de una docena de fuerzas políticas de tendencias dispares.
Hace pocos días, el presidente polaco, Andrzej Duda, anunció que vetaría cualquier ley que liberalizase el aborto o que despenalizase la ayuda a abortar.
Según declaró Duda, una mujer embarazada que se somete a un aborto ilegal no debería ser castigada “porque se encuentra en una situación especial”, pero “las personas que de alguna manera participan en este procedimiento, de manera ilegal”, sí.
Estas palabras provocaron una airada reacción por parte del primer ministro Tusk, quien acusó al presidente de “escupir en la cara” al Gobierno.
Polonia tiene, desde hace una década, una de las legislaciones más restrictivas del mundo sobre el aborto, y actualmente solo se permite interrumpir un embarazo si existe un peligro claro para la vida de la madre o si el embarazo es consecuencia de una violación.
El partido de Donald Tusk planteó la legalización del aborto hasta la semana 12 de gestación como una de sus principales promesas electorales, pero los nulos avances logrados hasta ahora le han valido críticas por parte del electorado y algunos compañeros de coalición.