Los vecinos del barrio de Los Remedios, sobre todo los de la zona del edificio Presidente, en la calle Asunción y de la avenida Presidente Adolfo Suárez, donde se produjo el intento de okupación esta semana, están más que preocupados . Al menos eso es lo que dicen cuando se les pregunta por el caso de la pareja de supuestos abogado y cerrajero que intentaron colarse en una vivienda. En el barrio no se habla de otra cosa. En estos días en los que la mayoría debería estar tranquilamente pensando en las vacaciones hay miedo y muchos prefieren guardar silencio. Y eso que ya se han acostumbrado a la presencia de cámaras y fotógrafos que llevan varios días acudiendo a la zona a buscar testimonios. Los que aceptan hablar sin miedo a salir en la foto lo dejan claro: «Si viene un tío, se mete en un piso y le cambia la cerradura, y luego llega el dueño y no puede entrar en su casa ni hacer nada, ¿cómo quiere que se sientan?». Eso dice el conserje de una de las viviendas de la zona que no quiere ni micrófonos ni fotos y sólo acepta hablar cuando se apagan los móviles. «Esto no tiene solución mientras que los políticos no tomen medidas y cambien las leyes», dice. Sí que habla claro Paquita Rodríguez, vecina de toda la vida de un barrio que dice querer mucho. El otro día estaba en su casa (vive a unos metros del edificio donde se produjo el intento de okupación) cuando se produjo el suceso. «Me preocupa que pueda repetirse y no entiendo cómo este individuo llegó con las escrituras y un cerrajero», explica. En cuanto se enteró puso a todos los vecinos en alerta. Paquita no se marchará este año de vacaciones. Como mucho unos días al pueblo. Sin embargo, se lo está planteando. «¿Volverá a pasar?», se pregunta. En cualquier caso también tiene claro que no se puede vivir con miedo. Pero, por si acaso, ella cuando sube el descansillo de la escalera, va mirando las puertas. Pese a todo, esta vecina se lo toma con humor . Su chat de grupo no para y ya están circulando hasta memes del tema. Como el que le mandan recomendándole una pistola para protegerse. El portero de otra vivienda también corrobora que la gente tiene miedo. Por eso está surgiendo un fenómeno que va a más: la proliferación de alarmas y de empresas que están vendiendolas. Ayer, sin ir más lejos, dos agentes de un de esas empresas que se dedican a instalar alarmas paseaban por la zona. «Hemos recibido muchas llamadas de personas interesándose por las alarmas», explicaron a ABC. Es la solución a la que algunos se agarran para evitar que vuelva a ocurrir algo parecido. Pepe Blasco es otro vecino del barrio que vive en la calle Padre Damián y que admite tener miedo cuando un vecino se deja la puerta abierta porque teme que puedan colarse en las viviendas. Ahora que se marcha de vacaciones, también recela. Juan José Hernández es otro vecino de la zona que incide en la misma idea. Aunque él no tiene miedo porque es joven, ve lógico que exista temor entre las personas mayores. «Es lógico por las leyes que tenemos y lo desprotegidos que estamos», afirma recordando que en su casa fue el conserje el que los libró de que los okupas entraran en la vivienda. Y luego hay otros muchos en el barrio que no quieren hablar pero comentan con la grabadora apagada que fueron testigos de lo que ocurrió . «Yo no hablo porque mi hija me mata pero yo fui una de las que llamó a la Policía», interviene otra mujer al pasar delante del fotógrafo. Aunque algunos recelan y califican lo ocurrido como demasiado extraño, muchos coinciden en que fue el conserje el que paró al okupa y temen que vuelva a ocurrir. No es una serpiente de verano. Ocurrió esta misma semana el barrio de Los Remedios de Sevilla.
