La tranquilidad que seguía al anuncio del cáncer de Kate Middleton parecía haber aplacado los rumores de infidelidad entre el Príncipe Guillermo y Rose Hanbury . Sin embargo, la situación está lejos de estar controlada. La opinión pública británica sigue especulando sobre la supuesta relación entre el heredero al trono y la marquesa de Cholmondeley, avivando el interés en un posible escándalo real. Desde hace meses, tabloides británicos han detallado la supuesta infidelidad de Guillermo con Rose Hanbury, una antigua amiga de Kate Middleton. Los informes iniciales sobre el romance surgieron en 2019 y provocaron un distanciamiento notable entre las dos mujeres. La situación se complicó cuando Kate, debido a su enfermedad, desapareció de la escena pública a principios de 2024, intensificando las especulaciones sobre la relación extramarital de su esposo. Para controlar la narrativa, la Familia Real británica ha implementado una estrategia para eliminar cualquier rastro de estas acusaciones. Según medios como 'The List' y 'Vulture', numerosos artículos que hablaban del supuesto romance y la tensión entre Rose y Kate han sido borrados o editados para eliminar detalles comprometidos. Este intento de controlar la información ha sido calificado como un posible generador del 'efecto Streisand ', donde el intento de suprimir información solo incrementa el interés público. Los intentos de la Familia Real por mantener estos rumores a raya no son nuevos. En 2019, los abogados de la monarquía enviaron cartas disuasorias a los medios que informaban sobre la supuesta infidelidad, advirtiendo sobre las posibles consecuencias legales. Sin embargo, los recientes movimientos para rehabilitar la imagen de Hanbury sugieren un esfuerzo renovado por proteger la reputación del Príncipe Guillermo y su matrimonio. Rose Hanbury, marquesa de Cholmondeley, solía ser una cercana amiga de Kate Middleton. Con 40 años, Hanbury y su familia residen cerca de la propiedad de los Príncipes de Gales en Norfolk. Su cercanía geográfica y social hizo que las acusaciones de romance fueran aún más incendiarias. Aunque Hanbury ha negado públicamente cualquier relación inapropiada con Guillermo, la eliminación sistemática de referencias a este asunto en internet solo ha intensificado la curiosidad pública. La aparente campaña para borrar las huellas del supuesto romance y rehabilitar la imagen de Hanbury podría tener consecuencias contraproducentes. Algunos medios advierten que estos esfuerzos podrían desencadenar un escándalo aún mayor si se descubre algún encubrimiento deliberado. La percepción pública de la honestidad y transparencia de la familia real está en juego, y cualquier indicio de manipulación informativa podría erosionar la confianza en la institución. En conclusión, mientras Kate Middleton lucha contra su enfermedad, la sombra de un posible romance entre el Príncipe Guillermo y Rose Hanbury sigue persiguiendo a la familia real británica. Los intentos de encubrimiento han llevado a una atención renovada y una posible crisis de relaciones públicas. El tiempo dirá si la monarquía puede superar esta tormenta mediática o si está al borde de un escándalo de proporciones épicas.
