Estaba aún con la resaca de intentar comprender en manos de quién estamos. En China, Dina Boluarte lloró o hizo un amague de llanto por los niños y niñas del Perú, pero, en el Perú, sus declaraciones fueron aún más “chiferas”: cuando se le preguntó por los cientos de violaciones de Condorcanqui de inmediato se lavó las manos y le endilgó la tarea de responder al inefable ministro de educación. Es la gente que nos gobierna.
El crimen, sí, es cierto que el crimen nos abruma. Todos los días lo veo en el noticiero que conduzco, le temo a las motos que se me cruzan, ruego todos los días para que no me toque, para que no me asalten, para que un sicario no asesine a alguien frente a mis ojos, para que no se metan al restaurante en el que estoy tomando un café, pero la inseguridad ciudadana, lamentablemente, no es lo único que nos complejiza la existencia. Hay más, mucho más. Solo ayer, por ejemplo, el ruido de los taladros me despertó por la mañana.
¿Qué pasa ahora? Me pregunté. Me asomé a la ventana y observé, impávido, que por tercera vez consecutiva rompían la vereda de mi cuadra en el malecón de Chorrillos. Primero fue Sedapal, luego Luz del Sur y luego Win, en menos de dos meses. Luego salgo al trabajo, cruzo el semáforo que los ciclistas solos o en mancha nunca respetan y resulta que, en el camino, había un trafico infernal.
¿Qué pasaba? Pues que a la Municipalidad de Barranco no se le ocurrió mejor idea que pintar las señales de tránsito en las pistas de día, en plena hora punta. ¿Por qué?? Lo paradójico es que nadie las va a respetar, que, en nuestra idiosincrasia, son apenas sugerencias, porque de solo parar para que las personas crucen ya te están tocando atrás la bocina y, si les das pase, tienes que demostrarles de alguna manera, no solo deteniéndote, que no los vas a atropellar para que se animen a cruzar. Dos días antes, en menos de un mes, otro camión había impactado contra el puente de la bajada de los baños que ya estaba herido por otro camión que no midió su altura, casi volvimos al caos en el que se sumen Chorrillos y Barranco, cada vez que cierran la Costa Verde porque el metropolitano, vialmente, los asesinó.
¿Qué más da? Toda la ciudad está así, con el Ministerio de Transportes, peleándose con la Municipalidad de Lima por la línea dos del Metro. El consorcio CCM2L podría entablar una nueva demanda ante CIADI, por las pataletas de un alcalde que supuestamente respeta la estabilidad jurídica. Nosotros al medio, en la anomia.
Simultáneamente, el congreso con 4% de aprobación está decidiendo como va a ser parte de la vida de más de 30 millones de peruanos, incluyendo la impunidad de homicidas y el favorecimiento de organizaciones criminales. Los políticos de turno se pelean, siguen pugnando por la Junta Nacional de Justicia. Los mismos que se enfrentaron por elegir a los miembros del TC que hoy es una mesa de partes del parlamento y que, justamente por eso, le seguirá dando la razón al congreso, porque el TC ya no es caviar, dicen. El Poder Judicial dice que no se puede politizar una decisión jurídica y el Poder legislativo dice que no se puede judicializar una decisión política. Guerra de Poderes. Todos contra todos. Todos quieren también el Ministerio Público.
Lo que nos faltaba era tener un conflicto limítrofe con Colombia. No creo que llegue a mayores, pero, otra vez, la autoridad de la zona afirma que hace años que vienen denunciando el tema de la isla Santa Rosa y no les hacen caso. Me imagino a los patriotas almirantes Cueto y Montoya yendo de inmediato a la zona a tratar de solucionar el problemita, porque además no creen en la OEA porque dicen que la OEA es caviar. Así está el país que habitamos ¿Qué vamos a celebrar este 28?