Tras la ruptura con los gobiernos regionales con el Partido Popular, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha reconocido este viernes que hubo discrepancias por la decisión dentro del seno del partido y afirma que “no descarta que haya cargos que desobedezcan las directrices del partido y permanezcan en sus puestos tras la ruptura”. La primera de esas deserciones ya se ha producido en Extremadura, donde el único consejero de Vox, Ignacio Higuero, ya ha anunciado que se dará de baja en el partido para quedarse en el Ejecutivo de María Guardiola.
En la entrevista, Abascal ha asegurado que no quiere tener nada que ver con la “inmigración ilegal” y que “tampoco quiere ser cómplice del Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo”.
“No somos un partido norcoreano y, evidentemente, las decisiones que se toman en el partido se toman por mayoría”, ha explicado Abascal en una entrevista en Telecinco, tras reconocer que habían “diferentes voces dentro de la formación” pero que la definitiva ha sido totalmente “democrática”. “Soy el líder del partido y evidentemente mi opinión tiene un peso mayor, pero asumo como principal responsable los resultados electorales que surjan a raíz de esta decisión”, ha concluido el líder del partido de extrema derecha que no ha querido aventurar si esta maniobra podría haber nacido por Se Acabó la Fiesta, su contrincante por la derecha dirigido por Alvise Pérez.
La decisión tomada el jueves, donde el secretario general aseguraba que era “una de las decisiones más importantes de la historia política de Vox”, desequilibra el tablero político de 5 gobiernos autonómicos que tendrán que reestructurarse y cuyas consecuencias todavía son inciertas. En el epicentro de la decisión, el reparto de menores migrantes que se encuentran en Canarias, Abascal ha afirmado que no se tratan “ni de niños ni de menores” y que “su gente” es plenamente consciente de “la violencia que se vive cerca de los centros de menores”.
Respecto al devenir de los ayuntamientos que también están conformados por el Partido Popular y Vox, el líder de la formación de extrema derecha ha asegurado que “cualquier institución que ayude a la inmigración ilegal no contará con el respaldo del partido”, pero reconoce que “al igual que no rompieron los gobiernos regionales porque Feijóo pactara la renovación del Consejo General del Poder Judicial con Sánchez”, en este caso esperarán a ver cómo se gestiona el reparto de migrantes desde los ayuntamientos.