Encandila Jasmine Paolini , 28 años, al personal con esa sonrisa risueña que suelta cuando la derecha de Donna Vekic se marcha al pasillo de dobles. Es finalista de Wimbledon después de dos horas y 51 minutos de pelea contra la croata (6-2, 4-6 y 7-6 (8)). Y es un triunfo mayúsculo porque son dos finales de Grand Slam y consecutivas, pues ya estrenó última ronda de un torneo de esta entidad hace apenas un mes en Roland Garros. En aquella ocasión desbarató la opción de título Iga Swiatek , pero la polaca naufragó en la hierba en cuartos y Paolini tendrá su oportunidad contra Barbora Krejcikova , 28 años y 25 del mundo, que superó a Elena Rybakina, campeona en esta pista en 2022, por 3-6, 6-3 y 6-4 en dos horas y 7 minutos. «Ha sido un partido muy duro. El principio estaba sufriendo muchísimo. Ella estaba sacando muy bien y hacía correr mucho la pelota. Y mis saques no estaban funcionando. Trataba de repetirme a mí misma 'sigue, sigue, sigue, intenta acercarte a ella'. Creer en mí para que el partido pudiera cambiar en cualquier momento», explicaba la italiana, feliz la quinta raqueta del mundo. Así se definía cuando alcanzó el foto de estrella en Roland Garros: «Soy una persona abierta, me gusta reírme, disfrutar, no sé, nada especial. Una persona normal, yo». Ha sabido conjuntar un tenis aguerrido con un físico que le permite defender una y otra vez hasta que la rival se da por vencida. «Llevo trabajando Andrea, mi preparador físico, desde Roma 2023. Y me está ayudando mucho. Pero creo que ya era rápida desde antes. Mi entrenador me dice que gracias a él me estoy moviendo mejor que hace un año. Me lo tengo que creer. Ahora en serio, esta es una parte muy importante de nuestro trabajo, para mi juego. Pero no hago nada especial, la verdad». Y ha pasado de ver las finales de Grand Slam por televisión a protagonizar dos en un mes. «Veía las finales de Grand Slam por televisión, veía a otros italianos en esos partidos, pero imaginar que yo estaría ahí algún día... Era como un deseo, claro, pero ahora que ha sucedido es como una locura. Estoy muy feliz, y sorprendida. Nunca he soñado con ganar un Grand Slam o ser número 1, nunca he soñado tan grande. Mis sueños eran paso a paso», decía la italiana, campeona este año del WTA 1.000 de Dubái. Impulsada a esta final, permite que Italia, país que defiende por su padre, sueñe de nuevo con un título de los grandes, que no consigue desde Francesca Schiavone, campeona en París en 2010, y Flavia Pennetta, campeona del US Open 2015. Pero también Ghana estará este sábado 13 de julio pendiente de Wimbledon, pues la madre de la tenista es de allí. E incluso Polonia tendrá un trocito de alegría en ella, con raíces en Lodz, donde pasó varios veranos en casa de su abuela. Si alguien hubiera dicho el año pasado que estarías por tu segunda final consecutiva... le preguntaron en rueda de prensa. «No, no, y hace un par de meses también era una locura pensar en esto. No tengo palabras», se reía la tenista, feliz en esta nueva situación que vive. «Trato de vivir el presente y disfrutar de lo que hago y no olvidar quién soy. Vivir esto es un privilegio y tengo que mantener eso en mente. Es lo que me digo muchas veces: disfruta, pero sigue concentrada para saber qué tengo que hacer en cada momento en la pista y dar el cien por cien que tengo. Es un equilibrio entre disfrutar y concentrarte». Quien sí que sabe lo que es ganar un Grand Slam es su rival en la final del sábado, Barbora Krejcikova, pues triunfó en Roland Garros 2021 y renace en Wimbledon, pues en este 2024 había firmado cinco derrotas en primera ronda. «Nunca soñé con poder jugar una final de Grand Slam en individuales (es campeona de siete grandes en dobles: Abierto de Australia 2022 y 2023, Roland Garros 2021 y 2018, Wimbledon 2022 y 2018 y US Open 2022). Estoy superorgullosa de mi espíritu de lucha hoy. Cuando encontré mi zona de confort ya no me moví. Trabajé con Jana Novotna (campeona de Wimbledon en 1998). Ella me contó un montón de historias sobre su camino hacia el título aquí. Es mi inspiración. He luchado cada pelota porque creo que es lo que ella querría que hiciera», comentó la checa con la voz entrecortada recordando a la extenista, que falleció en 2017. «La echo muchísimo de menos», comentó la finalista de Wimbledon 2024.