Roglic no era el favorito pero el señor esloveno, salvaje su pedaleo en los últimos años, siempre invita a soñar. Sin embargo, el mal fario es su acompañante según atraviesa la frontera gala y, en 2024, el resultado fue el mismo. A 11 kilómetros de la meta, el balcánico sucumbió a una multitudinaria caída que le dejó sin opciones de llegar a las últimas etapas con opciones de victoria. Drama de Primoz suavizado por el triplete del eritreo Girmay , que vuelve a demostrar que cuando el asfalto es llano, ahora mismo no tiene rival. Se hace largo el peregrinaje y comienzan los abandonos. Pello Bilbao , de Guernica y del Bahrain, se baja de la bicicleta en este Tour. Un virus pudo con él, además de la violenta carretera y del canibalismo que consume al pelotón cada día que pasa. Hipérboles que chocan con los serenos 'chateaux', pues el Tour no es solo brusca competición, sino también belleza edificada por encima del mar verde que cubre el corazón de Francia. Un todoterreno sigue a los manillares entre viñedos. No hay una escena innecesaria en esta fantástica prueba gala, ni en la tarde más anodina. Tras las fugas de montaña del miércoles, dioses caminando entre humanos Vingegaard y Pogacar , se recompone el pelotón. Los valientes se apagan como una hoguera a altas horas de la mañana y los velocistas, los oportunistas asesinos, se preparan para desenvainar las dagas. Una bruta caída mata el ascendente ritmo. Roglic es víctima, la tierra gala no es su sitio. Un campeón se ha perdido por el camino, pues al esloveno le sobran piernas para la conquista pero la suerte no le acompaña en estas extrañas tierras. Una isleta de hormigón, la culpable. Primoz se recompone, aunque suplica por su vuelta a España. Otra vez Roglic magullado, otra vez un deseo que se desvanece. El esloveno abandona Visma, es estrella en el Bora, pero su destino es igual de inevitable, cruel. Aparecen los de siempre cuando el asfalto es llano. Cavendish siempre mete miedo y Philipsen quiere repetir. El problema es que ahora hay un nuevo sheriff en la ciudad. Se llama Biniam Girmay, es de Eritrea, y corre como el que más. Suma el africano su tercera etapa en este Tour. Llora Roglic, celebra África y cogen aire Eslovenia y Dinamarca para las guerras venideras.