Todavía lleva el brazo escayolado el berlinés judío de 54 años que fue atacado en mayo, a menos de un kilómetro de la histórica sinagoga de Brunnenstrasse, cuando se dirigía a la comunidad de Kahal Adass Yisroel para celebrar el Shabat. Un joven se abalanzó contra él con un patinete eléctrico y siguió golpeándolo cuando ya estaba en el suelo, al grito de «cerdo judío» y «Palestina libre». «Forma parte del día a día de Berlín», lamenta, «normalmente no soy identificado como judío por la calle, pero había aparcado lejos y llevaba el talit en la mano, por eso lo supo y me atacó». El problema no se limita a Alemania y no es consecuencia directa de la situación en...
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