El reciente trabajo publicado por compañeros en el campo de la paleogenómica supone un paso decisivo para comprender no sólo la secuencia del genoma de los mamuts, sino también cómo era la estructura tridimensional de su ADN. Por primera vez se ha podido acceder a este tipo de información, que se creía perdida en el tiempo. Conocer cómo se organiza el genoma de especies extintas nos permitirá reconstruir mejores genomas y más completos, así como comprender diferencias sutiles en la regulación de la expresión génica que antes era totalmente inaccesible. Este estudio pionero abre nuevas perspectivas a la información que podemos obtener de fósiles y restos de especies ya desaparecidas, e incita a la imaginación sobre proyectos para desextinguirlas ....
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