Fátima, una joven barcelonesa de 22 años y origen paquistaní, ha denunciado haber sido secuestrada y torturada por orden de la familia de su exmarido, Uno B.N., también paquistaní y sobre el que pesa una orden de alejamiento. Según ha avanzado 'El Periódico' y han confirmado desde Vosseler abogados a este diario, un juzgado de la capital catalana ya ha abierto diligencias, después de que los Mossos d'Esquadra detuviesen a tres sospechosos tras lo ocurrido, aunque todos ellos han quedado en libertad pese a la petición de prisión provisional de la acusación particular y de la Fiscalía. Según la denuncia, fue el pasado 24 de junio cuando varias allegados de su expareja raptaron a Fátima y la golpearon. El secuestro se alargó durante 24 horas. Según la joven relató ante la Policía catalana, la abordaron cuando caminaba junto al monumento a Colón. Fueron varios individuos que, desde un vehículo negro le preguntaron por una dirección. Cuando ella se acercó, la amenazaron con una pistola, y en urdu le dijeron: «Entre en el coche o te disparamos. Si te mueves acabas muerta». Fátima entró en el coche, donde viajaban cuatro personas, con las caras tapadas con bufandas. En el asiento trasero le maniataron y le taparon los ojos con una tela negra. Luego le sacaron el bolso y apagaron su teléfono. Durante el trayecto, según su relato, siguieron amenazándola con dos pistolas, que presionaban contra sus costillas. Cuando bajó del vehículo, aún con el rostro tapado, la hicieron subir unos escalones y la tiraron al suelo. En aquel espacio -no sabía dónde estaba-, escuchó como uno de sus secuestradores decía en urdu: «Mira, ya la tenemos». Luego la ataron a una silla, con las manos a la espalda, y le acercaron un móvil a la oreja. Fue cuando escuchó la voz de su exmarido, Uno B. N. , que le dijo: «Yo ya te dije que soy hijo de N., así que ya estás viendo lo que te está pasando. De aquí no sales viva». Después Fátima oyó reír a uno de los secuestradores y como Uno les pidió que la desnudaran. Después de unos minutos en silencio, la Fátima volvió a reconocer, a través de un teléfono, la voz de un familiar que se dirigía a ella diciendo: «Recuerda que te dije que, estuvieras en España o en Pakistán, me vengaría. El turno siguiente es tu hija y tu familia. Tendrás que aguantar hasta el final, que te mataremos». Entonces comenzaron los golpes en las piernas, con algún tipo de objeto contundente. También en la espalda. Poco después, ese familiar, W. T. manifstó a través del teléfono que allegados de la víctima ya habían alertado a la Policía y ordenó: «Echadla donde queráis, lejos de aquí». Fue en aquel momento cuando el grupo de secuestradores se llevó a Fátima, siempre atada y con los ojos vendados, y la dejó tirada en un camino de tierra. Fue un camionero quien la auxilió, tras encontrarla en un camino de tierra. Avisó a los Mossos y a la actual pareja de la víctima. Según su testimonio, el suceso se produce por la animadversión entre las dos familias, después de que ella, primero denunciase a su marido, con el que casó en Pakistán, por agresión sexual, y la posterior separación y vuelta a España de la joven, que tuvo una hija con el individuo. Desde la ruptura de la pareja, Fátima asegura que ha sido acosada y amenazada por familiares de su ex. De hecho, este 2024 ya había denunciado a un tío y a sus primos por amenazas, ya que rechazaron la ruptura. El abogado de Fátima, Daniel Salvador, ha recurrido la decisión de Juzgado de Violencia sobre la Mujer 2 de Barcelona que dejar en libertad sin cautelares a los tres detenidos por el secuestro y tortura de la joven y lamenta que la deja «sin protección ante unas personas que ya hace tiempo que están asediándola».
